La Razón publica este domingo una encuesta que avala la idea cocinada en Génova de que Ciudadanos es una formación de centroizquierda que si bien se nutre de votantes del PP también lo hace del PSOE. Según eses sondeo, el ascenso del partido de Rivera se basa en el trasvase del 13,2% de simpatizantes populares y el 7,6% socialistas. La realidad de Ciudadanos, sin embargo, es bien diferente y sus propuestas confirman que se sitúa en la línea del PP, algo que no escapa, incluso, a medios de comunicación fuera de España. El diario británico The Guardian lo señalaba recientemente.

La fuga de votantes socialistas
“Los principales partidos proveedores de votos a Ciudadanos son PP y PSOE, que le trasvasan el 13,2 y el 7,6%, respectivamente, de sus votantes de 2011”, afirma el diario de Marhuenda, hoy, que puntualiza que “estas transferencias representan el 82,1% del voto actual de la formación; el 59,9% procedente del PP y el 22,2 tiene su origen en el PSOE”.

Ciudadanos frente a los inmigrantes
La realidad es bien diferente y el propio líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha dejado claro la dureza de sus propuestas en sus apariciones en los medios, a pesar de su derroche de simpatía. En Un tiempo nuevo, de Telecinco, el líder de Ciudadanos defendía mantener fuera del sistema de salud a los inmigrantes sin residencia; una medida que ya aplicó por decreto el PP.

Es la misma línea que ha mantenido Ciutadans en el Parlamento catalán, donde ha propuesto restringir el acceso de los inmigrantes a la sanidad pública. En cuanto a medidas que afectan a los inmigrantes, ha defendido, además, prohibir el velo islámico en los espacios públicos.

A la derecha del PP
En este aspecto, el partido de Rivera se ha situado más a la derecha que el Partido Popular, que se abstuvo en una votación en el Parlament, tras una iniciativa de Ciudadanos, que el resto de partidos representados en esa Cámara votaron en contra.

Su postura frente al aborto
Su proyecto económico es neoliberal, y, en la línea del PP, se ha opuesto a subir impuestos a los más ricos. Lo mismo ocurre con su postura ante aspectos de relieve social como el aborto. El partido de Rivera se abstuvo en la votación de una iniciativa del PSC para pedir al Gobierno central que no reformara la ley del aborto.

Frente al franquismo
La formación del joven Rivera, que va derrochando simpatía por los platós de televisión y se esfuerza por vender progresía, se negó a condenar el franquismo en el Parlamento, junto al Grupo popular. También fue de su mano cuando en la Cámara catalana el líder de CUP, David Fernández, acusó ambos partidos de manifestarse junto a la ultraderecha xenófoba, en la concentración en Cataluña con motivo del 12 de Octubre en la que participaron también partidos como España 2000 y Plataforma per Catalunya (PxC). Los diputados de las dos formaciones abandonaron el hemiciclo.

Un mensaje que no se creen ni fuera de España
Ciudadanos es lo que es y no hay que olvidar los orígenes políticos de Albert Rivera, exmilitante de Nuevas Generaciones del PP. El rotativo británico The Guardian lo analizaba recientemente en un artículo en el que recordaba que “sus ideas vienen del centroderecha y muchas de sus propuestas vienen del PP”. Esto, por más que Marhuenda se saque bajo la manga sondeos improvisados para insistir en la idea cocinada en Génova de que votantes del PSOE se sienten cómodos con este partido, para intentar minimizar el efecto Ciudadanos sobre el PP, cuyas consecuencias ya se vieron en las elecciones andaluzas.