Se veía venir desde hace meses. La frase es de Francisco Sosa Wagner, en un artículo publicado este jueves en El Mundo. El exeurodiputado de UPyD, que levantó la alfombra, el pasado y que al denunciar, desde dentro, falta de democracia interna en el partido y proponer un pacto con Ciudadanos, contribuyó a apresurar la crisis de una formación en crisis desde su creación y de la que habla hoy todo el mundo, incluidos los medios que auparon a Rosa Díez, como El Mundo o Libertad Digital. En ABC, Isabel San Sebastián, que dice conocer a la política vasca desde hace muchos años ve en su “soberbia” y su “ego hipertrofiado difícilmente compatible con el trabajo en equipo” el hundimiento de UPyD.

La soberbia
“El peor enemigo de un político es la soberbia”, dice San Sebastián en un artículo publicado bajo el titular: “Síndrome Rosa Díez”, y en el que le reprocha “exceso de confianza” y “falta de espíritu crítico”. Para la columnista de UPyD, el talón de Aquiles de Díez es “un ego hipertrofiado difícilmente compatible con el trabajo en equipo” y “un personalismo exacerbado”, que le han impedido “asumir que su tiempo había pasado y era hora de ceder el testigo”.

Un error que probablemente “signifique la liquidación” de UPyD, dice San Sebastián, que dedica líneas de su artículo a recordar que una parte del voto de la formación se escapó a Ciudadanos, al que Rosa Díez rechazó unir sus fuerzas de cara a las elecciones, alegando un “burdo pretexto”, aunque lo que hubo fue su “maldita soberbia segadora”.

Sosa Wagner dice que todos, menos la cúpula de UPyD, lo vieron venir
En El Mundo, donde en agosto pasado Sosa Wagner pidió negociar con Ciudadanos de cara a las citas electorales, el ya exdiputado de UPyD vuelve con un nuevo artículo en el que afirma que “todo lo que estás ocurriendo estos días” “se veía venir desde hace meses, por los votantes, por los ciudadanos (…) por todos excepto por los miembros –obtusos, obesos y obstinados- del Consejo de dirección del partido –con un par de excepciones”.

Reprocha los ataques de Irene Lozano y Gorriarán
Sosa Wagner reprocha los ataques desde entorno más próximo de Díez, entonces, Irene Lozano y Carlos M. Gorriarán. “Irene Lozano me escribió una carta en la que empezaba por llamarme ‘mezquino’, hacía todo tipo de insinuaciones ruines y acababa… prefiero no acordarme”. En cuanto a Gorriarán asegura que estuvo “dos meses” insultándole.

Sosa Wagner recuerda como, además de la suya, había otras voces críticas, como la del diputado asturiano Nacho Prendes, que abandonó el consejo de dirección, y las de los europarlamentarios Fernando Maura y Enrique Calvet, que pedían “cambiar de rumbo”.

El exeurodiputado prevé que en muchos territorios terminarán por irse distanciando poco a poco de la dirección del partido, convirtiéndose en “independientes” o “uniéndose a Ciudadanos”.