El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en un mitin en Sevilla. EFE



Los diferentes dirigentes de Podemos aseguran que han llegado para cambiarlo todo. Su principal objetivo es el 'Régimen del 78', como definen con esa dialéctica repetitiva bien estudiada. Nuevo sistema, nuevas políticas, nuevas formas de participación y nuevos medios para propagar el mensaje. Sin embargo en algunos aspectos la cosa no parece tan innovadora. Es más, al menos en lo que tiene que ver con la música, con sus gustos y el uso que hacen de ella, suena todo bastante antiguo.

Contra el Régimen por el Régimen
Lo primero que llama la atención es la filiación del partido con la música que sirvió, de algún modo, para combatir el franquismo e instaurar el Régimen del 78 que denuestan.Aquí se percibe esa visión idealizada y romántica del que ha conocido el momento histórico por referencias paternas. El pasado octubre, la Asamblea Ciudadana de Podemos que aclamó a Iglesias como líder de la formación, se cerró con L’Estaca, la canción que Lluis Llach compuso nada menos que en 1968 contra la dictadura.



Semanas después, Pablo Iglesias se subió al escenario junto a otro de los iconos de aquella época, Javier Krahe. En esa ocasión, Iglesias se abrazó al provecto cantautor para entonar “Cuervo Ingenuo”, la canción que Krahe le dedicó a Felipe González, en una escena que dentro de unos meses puede tener un fuerte componente irónico.



El Chiko del Maíz
Pero no sería justo decir que Iglesias solo se inspira en la más arcaica tradición político-musical española. Durante muchos años la banda de rap Los Chikos del Maíz ha sido el grupo de cabecera de Iglesias. LCDM es la clásica banda española de hip-hop con pose desafiante y letras arrasadoras aunque en su caso el enfoque es más político que de barrio. La relación de Iglesias con uno de sus miembros, Nega, ha sido muy estrecha. Han compartido horas de televisión en los diferentes espacios de Iglesias y charlas políticas que se plasmaron en el libro “¡Abajo el Régimen!”.



Otra canción de este siglo que también gusta mucho a Iglesias es “Golpe Maestro” de Vetusta Morla, definida por él mismo como “temazo, de esos que te hacen sentir que podemos” y que la formación utilizó en el cierre de campaña de las elecciones europeas que supusieron su eclosión.



Musicón en el mitín
Pero donde más claro se ha podido percibir la orientación y gusto musical de Podemos fue el pasado 31 de enero en el mitin que cerró su manifestación en Madrid. Antes de las alocuciones de los líderes, sonó una lista de reproducción que no tiene desperdicio y que circuló por las redes sociales de inmediato. (Hay que comentar que la forma en la que se muestran muchas canciones parece indicar que su descarga no fue del todo legal).

 



 

Casta de la buena
Lo primero que llama la atención es el eclecticismo de la lista, por definirlo de alguna forma. Y más allá de eso, canciones que directamente causan perplejidad, que chocan frontalmente con el mensaje de renovación y frescura que se pretende transmitir. Sin entrar en valoraciones artísticas, temas como “Paco, Paco, Paco” de Encarnita Polo, “Se acabó” de María Jiménez, “Vivir Así es Morir de Amor” de Camilo Sesto o “(Para hacer bien el amor) Hay que venir al Sur” de Raffaela Carrá son un pachangeo que seguro hizo las delicias de los que esperaban, pero que no puede considerarse otra cosa que casta musical.



Clásicos de siempre
Después destaca la sección estándares, en la que se mezclan canciones con contenido político, el que fuera, con otras sin intención de denuncia. Se percibe cierta sensibilidad musical pero con una necesidad urgente de actualización.“Power to the People” de Lennon, “Rebel, Rebel” de Bowie, “Blue Monday” de New Order, “Quiere verte danzar” de Battiato, “Fight the Power” de Public Enemy o “My Generation” de The Who componen este grupo, en el que se les pasó “Fight for Your Right” de Beastie Boys.



Punk’s not dead
Quizá no sea sorprendente la gran cantidad de himnos del punk tanto británicos como nacionales que componen la lista. Su rechazo a lo establecido parece encajar bien aunque su propuesta política haya envejecido mal. “Spanish Bombs” de The Clash, “God Save the Queen” de Sex Pistols, “Ciutat Podrida” de La Banda Trapera, “No somos nada” de La Polla Records o “Sarri Sarri” de Kortatu dejan claro que entre los que seleccionaron las canciones hay algún nostálgico de su cresta de los ochenta.



En español
Resulta curioso que la parte más actualizada de la lista corra a cargo de grupos españoles.  No podía faltar Nacho Vegas, que está encabezando el pelotón de músicos comprometidos, aunque “Ciudad Vampira” no sea su tema más agresivo.  Standstill, Lorena Álvarez, Pony Bravo y las marcianadas de Astrud y Los Ganglios completan un cuadro que sorprende dentro de la tónica general.



El resto de la lista parece una lucha entre un amante de las bandas sonoras (“Zorba el Griego”, “Indiana Jones”, “La Guerra de las Galaxias” o “Cazafantasmas” ) y el típico moderno del grupo “al que le gusta la música rara” (Pulp, New Pornographers, Vampire Weekend, Lykke Li o MGMT).

Podéis ir en paz
Pero sin duda el momento cumbre musical de aquel mitin tuvo lugar al final. Después del discurso de Pablo Iglesias, dos muchachos subieron al escenario con una simple guitarra. Lua Míguez cantó otros dos temas manidos de la canción protesta, “Adagio de mi país” de Zitarrosa y “Todo cambia”  de Mercedes Sosa. El resultado quedó lejos de transmitir la emoción del momento y se acercó más al tono propio de una parroquia de barrio obrero.



A Podemos le queda mucho camino que recorrer en este largo año electoral. Pero de momento se percibe que sus frases fuerza y sus nuevas formas no se están acompañando con una poética propia, sino prestada del pasado, de la más pura casta musical española de toda la vida.