El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva. EFE



El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, célebre por sus excesos verbales, volverá a ser cabeza de cartel electoral, a pesar de estar imputado por presunto delito de desobediencia. El político popular se enfrentará a un juicio el 27 de abril y en mayo será candidato en las elecciones municipales.

Desobedeció varias sentencias judiciales
De la Riva será juzgado por desobediencia a las sentencias que ilegalizaron el edificio de la Plaza de Zorrilla en el que posee su vivienda. El alcalde de Valladolid se ha opuesto, desde 2008, a cumplir una sentencia urbanística que afecta al ático en el que reside, un antiguo edificio de Caja Duero, una entidad que preside De la Riva.

La sentencia tumbaba los actos administrativos por los que se aprobaron obras de rehabilitación del edificio y obligaba además a demoler áticos creados a partir de unos trasteros. En junio de 2009, julio de 2010, marzo de 2011 y marzo de 2012 se dictaron autos judiciales en los que los tribunales recordaron al alcalde que ejecutara la demolición de las obras y reconstruyera los elementos protegidos que fueron ilegalmente demolidos o modificados. Pero el regidor no ha hecho nada.

De la Riva dijo que sería "difícil sustituirle
Pero el PP volverá a contar con él para encabezar el cartel en Valladolid, después de 20 años al frente del Ayuntamiento, aunque la decisión todavía debe ser refrendada en el Comité Electoral Nacional.

En diciembre pasado, el alcalde dijo que será “difícil” encontrar a alguien para sustituirle como candidato a la reelección en las elecciones municipales de mayo próximo por la “impronta” que ha dejado durante sus años de mandato.

Su "impronta"
De la Riva ha protagonizado numerosas polémicas por sus excesos verbales, como cuando insultó en 2010 a la entonces ministra socialista de Sanidad Leire Pajín, al afirmar que “cada vez que le veo la cara y esos morritos… pienso lo mismo, pero no lo voy a decir aquí” o cuando en pleno debate sobre la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo anunció su intención de acogerse a la objeción de conciencia para evitar casar a los ciudadanos vallisoletanos que así lo desearan. En un acto en 2005 se comprometió a limpiar Valladolid de las calles las “pes”, entre ellas los “piojos”, las “pulgas” y las “putas” y en otra ocasión se enfrentó con unos jóvenes que lo acusaron de fascista. “¡Ven para acá, ven para acá!”, retó el alcalde, que añadió al ver que los jóvenes se alejaron: “¡Mira el valiente , mira el valiente cómo da la cara, mira qué machotes…” y entre dientes les llamó “hijos de puta”.