La Iglesia se ha sumado a la polémica provocada por el vídeo de Enrique Iglesias rodado en Galicia por el que la Xunta que preside Alberto Núñez Feijóo ha pagado 300.000 euros por 45 segundos dedicados a los paisajes de la región, 6.000 euros el segundo. Pero lo que ha molestado a los obispos no es el despilfarro criticado por la oposición, sino unos planos tomados en el Monasterio de Carboeiro, donde los participantes en el vídeo van ligeritos de ropa, según adelanta Telecinco.

El Obispado de Lugo, propietario del monasterio, ha protestado porque según dicen, nadie les avisó del contenido del vídeo que incluye una dosis de sensualidad con masajes y bailes.