Cinco meses después de que el Papa Francisco le apartara del arzobispado de Madrid, Antonio María Rouco Varela ha sufrido su último revés en el órgano de Gobierno de los obispos. Apartado de la primera línea política, cuestionado por su lujoso estilo de vida (recientemente se ha mudado a un ático de 400 metros cuadrados con 6 habitaciones, 4 baños y una imponente terraza) y viendo como su sucesor, Carlos Osoro, desmorona el tejido de poder que configuró en Madrid apoyándose en los movimientos católicos más ultras (Opus Dei, los Legionarios de Cristo, Comunión y liberación y los Kikos, entre ellos), Rouco Varela ve peligrar una de sus últimas obras al frente de la Conferencia Episcopal: la existencia de 13TV como altavoz de los pensamientos más intransigentes de la Iglesia católica.


El modelo de Francisco
Y es que la Conferencia Episcopal no sólo ha decidido cerrar el grifo a una cadena de televisión que desde su creación ha ocasionado millonarias pérdidas en las arcas de la Iglesia, sino que ha exigido que, en caso de seguir adelante con sus emisiones, 13 TV se aleje de la “controversia y el sectarismo político, siguiendo el modelo del Papa Francisco”.


La dura derrota de Rouco
De momento, Carlos Osoro y los obispos catalanes (fueron los primeros que se alzaron en contra de 13 TV por basar sus contenidos en el “desprecio, la descalificación e incluso el insulto”), han ganado la batalla a Rouco Varela. Una derrota especialmente dura para un jerarca que pese a presumir entre los suyos de repeler los medios de comunicación, fue capaz de diseñar toda una estrategia mediática para potenciar el mensaje de su Iglesia.


Exigencia casi a gritos
Fue abandonar la presidencia de la Conferencia Episcopal y los debates sobre 13 TV comenzaron a ser una cuestión prioritaria para los obispos. Con la llegada de Ricardo Blázquez y Carlos Osoro, el “pozo sin fondo” de su televisión ha sido la comidilla en los pasillos de la calle Añastro, donde la Conferencia Episcopal tiene su sede principal. Un debate que ha provocado escenas como las que se produjeron en una Comisión Permanente del Episcopado, cuando uno de los obispos –tal y como relata el periodista Jesús Bastante-, exigió, casi a gritos, cambios urgentes a los responsables del canal de televisión.


Altavoz sí, pero de toda la Iglesia
Cambios que no sólo se limitan a las personas que llevan la línea editorial de la cadena, sino que versan sobre el modelo de programación del canal. Aunque la mayoría de los obispos siguen interesados en mantener una televisión de carácter generalista, insisten en impulsar su ideario y los espacios católicos. Esto es, en palabras de fuentes cercanas a la Conferencia Episcopal, “que 13 TV deje de ser el altavoz del Partido Popular y de los sectores más ultras de la sociedad para convertirse en el altavoz de una Iglesia que tiende la mano a toda la sociedad”.


Respetando a todos
Blázquez y Osoro no quieren que su televisión sea la de la crispación política, el insulto y las descalificaciones. Siguiendo el ejemplo del Papa Francisco, apuestan por una televisión que se abra a todas las sensibilidades de la Iglesia católica. Quieren asimismo potenciar los informativos, pero dando mayor cabida a los temas sociales y religiosos. Respecto a los debates, los sucesores de Rouco Varela al frente de la Iglesia, instan a mantener el equilibrio entre diferentes opciones políticas, respetando incluso a aquellas formaciones políticas más alejadas de su ideario.


Cambios paulatinos
Unos cambios que desde la Conferencia Episcopal son conscientes de que no se pueden producir de la noche a la mañana. De momento, ya han introducido a un hombre de su entera confianza, Sergio Peláez, como consejero delegado del canal. La función de Peláez no es otra que acercar 13 TV al modelo de la nueva COPE, radio que desde la salida de Federico Jiménez Losantos se ha despolitizado a marchas forzadas.


La licencia que quieren los obispos
Los obispos, tal y como reconoce a ELPLURAL.COM fuentes de la Conferencia Episcopal, también han decidido pujar por una de las licencias de TDT que en las próximas semanas pondrá a concurso el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Confían en obtener una licencia en propiedad, debido al peso que la Iglesia católica tiene en la sociedad española y gracias a la cantidad de contenidos de producción propia que en la actualidad emite 13 TV.


Reducir los costes, uno de los principales objetivos
De hacerse con esta licencia, 13 TV vería reducidos sus costes de emisión en cerca de dos millones de euros anuales (es la cantidad que en la actualidad la Iglesia tiene que abonar a Unidad Editorial para poder emitir a través de una de sus licencias de televisión). Paralelamente, los obispos quieren poner coto a los fichajes estrellas acometidos por la dirección del canal en los últimos años. No quieren que se repita lo sucedido con la llegada el equipo de deportes de La Goleada o de Alfredo Urdaci a su canal de televisión. Han sido fichajes caros, alejados de la imagen sosegada que quiere mostrar la Iglesia católica y que encima han obtenido unos escasísimos datos de audiencia.