En 2009 Hermann Tertsch inició una campaña contra Wyoming: denunciaba que un vídeo paródico de El Intermedio en el que el periodista de Telemadrid hablaba de Al Qaeda le convertía en diana de múltiples odios. El enfrentamiento tuvo un punto de inflexión cuando Tertsch fue agredido en un bar (según las investigaciones en un incidente sin nada que ver con la política) y el periodista lo aprovechó para relacionarlo con su duelo particular con Wyoming. Incluso apareció convaleciente en el hospital en el informativo Diario de Noche de Telemadrid, que entonces dirigía, para lanzar un discurso contra Wyoming y Zapatero y anunciar medidas legales contra el primero. La entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, también participó directamente del espectáculo relacionando lo sucedido con violencia por las opiniones políticas de su periodista.



Triste espectáculo sufragado por los madrileños
Que una televisión pública como Telemadrid diera cobertura a mensajes de crispación como esos ya resultaba alarmante, pero con el paso del tiempo también se descubrió que el dinero de todos los madrileños sirvió para sufragar los litigios. Telemadrid sufragó la demanda que Tertsch presentó contra laSexta por supuesta vulneración de su honor por la emisión de aquellos vídeos humorísticos que relacionó con su agresión. Solicitaba una indemnización de más de 200.000 euros, pero no obtuvo nada y la ‘broma’ del litigio absurdo le costó a Madrid 30.000 euros.

Insiste en que "tenía razón"
Tertsch, que sigue colaborando con Telemadrid, ABC o 13TV entre otros medios, se resiste a pasar página de aquel ridículo sufragado con dinero público e insiste en imponerse a Wyoming a posteriori con cualquier tipo de argumento. Este viernes ha difundido en El Subjectivo un artículo sobre la violencia de ISIS y la respuesta de Jordania al asesinato de su piloto, un texto en el que insiste en que la guerra va en serio. Y la sorprendente conclusión es esta:

Cuando hace seis años pedí ante las cámaras decisión para combatir a este enemigo de la única forma eficaz y posible, que es buscándolo y dándole muerte, la televisión creada por los amigos de Rodríguez Zapatero, el artífice de la Alianza de Civilizaciones, la Sexta, utilizó un programa del bufón Wyoming en el que, con un video manipulado -sin advertir que lo estaba- se me hizo decir lo que no había dicho para ridiculizar aquella posición. La que hoy defiende todo el que tenga un dedo de frente. Entonces comenzó una campaña contra mi persona en un intento de acabar profesionalmente conmigo que incluyó todo tipo de calumnias, acosos y desprecios, con serios efectos para mi vida profesional y personal y mi familia. Yo sabía entonces que tenía razón y sé que la tengo ahora.