Conferencia de José Oliu en la Cámara de Comercio de Sabadell. FLICKR



Josep Oliu lo tienen cada vez más crudo para estabilizar y dar contenido al consejo de administración de Banco Sabadell, plagado de accionistas resentidos y figuras independientes de escaso peso en el mundo financiero.

La designación de Aurora Catá para sustituir a Sol Daurella ha sido claramente interpretada por el mercado financiero como la visualización de las dificultades que tienen Oliu para atraer personalidades con prestigio financiero.

Cazatalentos
Catá es socia de la empresa de cazatalentos Seeliger y Conde, y la que tiene el encargo de Oliu de proporcionar esos consejeros de relumbre financiero que por ahora no aparecen. El recurso de nombrar a uno de los suyos para sustituir a Daurella se interpreta como el fracaso de Seeliger de cumplir la solicitud de Oliu.

El adiós de Lara
El fallecimiento de José Manuel Lara Bosch ha venido a complicar aún más las cosas al presidente del Sabadell. En el mismo consejo en el que se designó a Catá como consejera, se decidió nombrar a Lara Bosch, que ya era vicepresidente, consejero coordinador. Se supone que coordinador de los consejeros independientes. Una figura más relacionada con la de un vigilante de consejeros díscolos y en franca rebeldía, con el objetivo de evitar más deserciones en el consejo.

Un coordinador
¿Encontrará Oliu otro coordinador de independientes? El mercado presume que lo tiene difícil. Encontrar una personalidad conciliadora como Lara no va a ser fácil en el seno del actual consejo de administración. Sustituir a Lara también se presume complicado.

100 millones perdidos
Hay serias dudas de que algún hijo del editor entre en el consejo, pues es conocido el cansancio y desapego de la familia Lara con la marcha del Sabadell, donde han perdido más de 100 millones de euros de su patrimonio desde que Lara padre decidió atender las peticiones de inversión de Oliu.

Más fugas
Sin Lara, con Catá sin influencia ni prestigio entre el resto de los consejeros, cuya experiencia financiera se remonta a un olvidado pasado, es más que previsible que se reanude la fuga de consejeros desencantados.

El éxodo de consejeros
Un camino que inició Isak Andic (Mango) hace unos años, continuó Daurella (Coca Cola) y que pueden seguir representantes de la gran empresa catalana como Héctor Colonques (Porcelanosa) o Joaquim Foch (Pinturas Titán). ¡Y también pierde su balance nacional, no independentista!