Rajoy, en su respuesta, ha obviado la mención del líder socialista. Sí ha hablado en los pasillos del Congreso del este escándalo de corrupción en el que su partido aparece como beneficiario a título lucrativo de los negocios de la trama. Así, ha subrayado ante los periodistas que Luis Bárcenas ya no está en el PP y ha expresado su deseo de que el caso, que lleva abierto más de seis años, "se pudiera cerrar a la mayor celeridad posible". Ha sido justo antes de participar en la sesión de control y ha añadido que en diferentes comparecencias parlamentarias ya ha explicado la posición del Ejecutivo sobre este caso, así como las personas que han tenido que ir a declarar a los juzgados.
Lo cierto es que el PP ha mantenido diversas posturas en relación a este asunto. Al principio cerraron filas en torno a sus dirigentes imputados (incluido el propio Bárcenas) y hablaron de una trama contra el partido. Ante las evidencias de una doble contabilidad, el propio Rajoy se escudó en el "todo es absolutamente falso salvo alguna cosa". Todo ello, por no hablar del despido en diferido con el que María Dolores de Cospedal intentó explicar por qué Luis Bárcenas seguía cobrando del PP después de haber sido expulsado.
Ahora el PP prentende hacer creer que el caso no tiene nada que ver con ellos pese a que la Fiscalía y el propio juez Pablo Ruz les ve como beneficiarios a título lucrativo de la trama. En línea con lo apuntado por Rajoy, el vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, ha insistido en los pasillos del Congreso en que no hay ninguna responsabilidad penal imputada a su partido, ni en el último auto del juez Pablo Ruz ni tampoco en el escrito de acusación de la Fiscalía ni del Abogado del Estado en el caso Gürtel.
