El Índice de Precios al Consumo (IPC) con el que se mide la inflación cerró el 2014 con el peor dato de la historia de España desde que se mide este indicador (década de los 60 del siglo pasado). Los precios cayeron un -1% y es la primera vez que un año cierra en negativo después de seis meses consecutivos con el IPC en negativo, siete en total, y otro mes más en 0%. Además solo en 2009, el año del gran estallido de la crisis, se reflejó una caída mayor, pero finalmente ese año no cerró en negativo. Deflación, en su definición técnica, es una caída sostenida de los precios durante al menos seis meses consecutivos. España ha entrado oficialmente en deflación de acuerdo con todos los organismos internacionales. La deflación es uno de los peores riesgos a los que se enfrenta una economía, porque es un empobrecimiento sostenido que acaba provocando un deterioro mayor y cercenando las posibilidades de crecimiento. En todos los manuales, en todas las universidades y todos los economistas del mundo han considerado la deflación como algo negativo pernicioso. Pero ahora en España, siguiendo la consigna del Gobierno, para algunos hasta la deflación es buena. ¿Miedo al Gobierno?

El Gobierno no habla de deflación
Vayamos con hechos: en 2009, María Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy denunciaron públicamente que España estaba en deflación y eso era la ruina. La hemeroteca es la que es. Ni se llegó a seis meses consecutivos de inflación en negativo ni se cerró el año en negativo. Todos los medios de comunicación se hicieron eco. Ahora el Gobierno guarda un sospechoso silencio. Hasta hace un par de meses el ministro de Hacienda, y en menor medida el de Economía, salían a declarar que era maravilloso tener la inflación en negativo porque los ciudadanos ganábamos poder adquisitivo. Desde noviembre han cerrado la boca. Sí, puede ser 'normal', aunque denunciable, que los políticos mientan para vender su mensaje, pero no es ni comprensible ni justificable que algunos medios de comunicación y algunos economistas callen o salgan a afirma que la deflación es buena.

No es solo la gasolina ¿Y los salarios?
Sí, es cierto que el desplome de los precios del petróleo incide en el descenso del IPC, pero es que en España dicho índice presentaba números alarmantes mucho antes de que el precio del barril se desplomara. Los ciudadanos no tienen por qué saber de estas cosas, pero quienes hablan y escriben de ello sí. Es más, lo único que subió ligeramente de precio en diciembre fue el pescado y las verduras frescas. Los salarios han caído desde la reforma laboral al menos un 20%, hasta el propio Banco de España ha certificado que los sueldos han bajado más en la realidad de lo que dice el Gobierno. Y la consecuencia es obvia: si los salarios han bajado mucho, el empleo es precario y mal pagado, los ciudadanos consumen menos y para apuntalar el consumo los fabricantes bajan precios.
El problema de la deflación es cuando las bajadas de precios se retroalimentan, el consumo sigue sin despegar por bajos salarios y porque los consumidores esperan a que sigan bajando. Para reducir costes los fabricantes reducen gastos y esto a su vez afecta a otros sectores productivos.

Escandaloso peloteo
Lo grave es que los economistas saben que la deflación es un problema serio. Tan serio que el Banco Central Europeo va actuar contra las tasas de inflación inusualmente bajas en Europa, con casos de deflación en algunos países (como España). Así lo ha dicho Mario Draghi, el presidente del BCE, nada sospechoso de izquierdoso, anti PP o cosas semejantes. Si el BCE va actuar ante un problema que considera serio ¿cómo es posible que en España haya genta que diga que es bueno?. Los economistas que intervienen en medios de comunicación, salvo valientes excepciones, siguen la ola de que España va 'súper bien', temerosos de que les pongan en alguna lista negra que les aleje de Universidades, conferencias, foros y demás.

El Mundo, El País....
Para muestra de que las órdenes de Moncloa de pregonar que somos los campeones del crecimiento en Europa, están las informaciones en los principales medios sobre el mal dato de IPC de 2014 en los principales medios escritos. El País optó por un titular aséptico: "Los precios de la mitad de los bienes y servicios caen al cierre de 2014". En el texto no solo no se da una visión realista de los riesgos de la deflación, sino que se afanan en recoger testimonios para demostrar que es positivo, como los del "Instituto Flores de Lemus" o expertos de la Universidad Carlos III. "Todas las previsiones anticipan crecimiento de la demanda interna, y se basan en observaciones sobre el mercado laboral y el consumo privado". Eso sí, nada de explicar el fondo del pozo del que venimos ni comparar con 2008, 2009, 2010 o 2011, no vaya a ser que el Gobierno de Zapatero salga bien parado y a Cebrián le dé un ataque.
Lo del diario El Mundo es para nota. Este viernes publica una editorial (posición oficial del periódico) titulada "Un contexto óptimo para afianzar la recuperación económica". Según El Mundo "por primera vez España ha cerrado un ejercicio económico con una inflación negativa" para añadir que es responsabilidad única del bajo precio de los carburantes y que "se trata de un dato excepcional que confirma que España parte de una situación económica óptima para afianzar la recuperación". Por favor, que nominen al autor al Nobel de Economía. Después de echar a Pedro J. Ramírez, de prescindir de periodistas molestos como Eduardo Inda ¿Necesita El mundo darle más pruebas de amor a Rajoy?.