Francisco Granados, el que hacía y deshacía en la Comunidad de Madrid como hombre de confianza de Esperanza Aguirre, empezó su carrera política como alcalde de Valdemoro y sus chanchulleos en la ciudad le han costado la imputación por la operación Púnica. Interviú informa esta semana de los privilegios de los que goza el popular en la prisión, pero también desvela la red clientelar y de control que tanto el exregidor como su amigo y socio el constructor David Marjaliza tejieron en el Ayuntamiento de Valdemoro con familiares y amigos en puestos clave.

Contrataciones a dedo que se dispararon con Granados
Los puestos a dedo en Valdemoro han sido opacos porque los populares se han negado sistemáticamente a facilitar la obligatoria Relación de Puestos de Trabajo de trabajadores públicos dependientes del Consistorio, según denuncia la oposición. Desde el PSOE local advierten de que así se ha amparado "un enchufismo enorme" con gente de las diferentes familias del poder den la ciudad. Cuando Granados desembarcó en el Ayuntamiento en 1999 la plantilla municipal se triplicó de 400 a 1.200 empleados, y aunque ahora quedan aproximadamente la mitad, de ellos solo 140 son funcionarios. El resto están a dedo y en el propio Ayuntamiento son bien conocidas las familias de los granadinos y los marjalizos, según sean sus padrinos y mentores.

'Granadinos' y 'marjalizos'
La revista del Grupo Z explica así por ejemplo la extraordinaria influencia del constructor David Marjaliza, también imputado por la trama y socio de Granados desde los tiempos en que el primero lideraba las Nuevas Generaciones del PP en la ciudad. Así, un abogado del constructor ocupó durante años el puesto de ajunto a la Secretaría Municipal. Su propia hermana, Ana Marjaliza, sigue siendo tras su paso por el departamento de Hacienda del Ayuntamiento una empleada de la estratégica Área de Contratación. El hermano de la pareja de Ana, Juan José Luna, está destinado en el la concejalía de Hacienda doonde esta siendo investigado en un expediente interno por una discrepancia contable. Un primo de David y de Ana, Juan Ángel Villaseñor, fue concejal de Fomento y Empleo entre 2007 y 2011 y ha sido cargo de confianza para otro regidor del PP en el municipio, José Calor Boza, también implicado en la operación Púnica. La esposa de Villaseñor, Mari Carmen Cornago, es administrativa en la Concejalía de Participación Ciudadana y una hermana suya, Piedad Cornago, también es administrativa en el área de Contratación.

"Protegen a la familia, a la suya"
Ese es un pequeño esbozo sobre los marjalizos, en cuanto a los granadinos el reportaje apunta a nombres como el de José Miguel Moreno, que sucedió a Granados en la alcaldía y cuya esposa Esther Jiménez también está trabajando en el Ayuntamiento. Granados se llevo a un hermano de éste, Jesús Moreno, a la Comunidad de Madrid con un cargo en Protección Civil, y ahora es concejal de Seguridad, Protección Civil y Emergencias en Valdemoro. En esa concejalía Jesús Moreno controla a otro hombre de la confianza de Granados, al jefe de la policía local, Alberto Albacete. De hecho Granados como consejero concedió a Albacete un cargo regional como director de Estudios en la Academia de Policía. La que era su pareja de Albacete, Carmen Arcas, fue secretaria de Granados en la Comunidad de Madrid y luego regresó a la secretaría del Ayuntamiento. El PSOE llevó a la fiscalía esta red de contrataciones, pero la causa no prosperó. UPyD denuncia que "Valdemoro es el ejemplo perfecto de la política de amiguismo del PP, dicen que protegen a la familia pero claro, a la suya".