Captura de pantalla del sitio web que tiene Grumpy cat y que es todo un éxito.



Es muy conocido a lo largo y ancho del planeta y todo porque alguien decidió hace menos de dos años subir una foto a Internet. Desde entonces el Grumpy Cat (gato gruñón o enfadado) no ha parado de generar dinero a su propietaria. Este mismo fin de semana, aunque luego se rectificó sin conocerse con seguridad los motivos -aunque se piensa que puedan ser también económicos- The Telegraph publicaba que la dueña del minino había alcanzado la cifra de 100 millones de dólares desde que decidió subir sus andanzas a la red.

La historia la inició el hermano de la propietaria del gato, cuando decidió subir una foto a un sitio web agregador de noticias. Desde entonces todo ha cambiado, y de qué manera, para su dueña que dejó su trabajo como camarera y, suponemos, para el animal, al que nos imaginamos como a Pancho, el perro al que en nuestro país tocó la Primitiva.

En EEUU todo es posible
Con independencia de que la cantidad ahora baila, puesto que la mamá humana del felino dice que no han llegado los ingresos a ese volumen, aunque no ha desvelado cuánto ha generado Grumpy cat, todo parece responder a ese sueño americano al que tanta veces se alude en películas o series que llegan de aquel país.

[youtube]http://youtu.be/INscMGmhmX4[/youtube]

Hay que decir que los beneficios obtenidos por el gato, además de por esas apariciones en imágenes (como Meme ha sido todo un fenómeno) y vídeos, también los ha logrado la dueña con un par de libros que se han situado entre los más vendidos y una línea de productos como camisetas, tazas y demás merchandising. Incluso, es imagen de una conocida marca de comida para... gatos y ha prestado su nombre a un café (Grumppuccino).

Éxito también en redes sociales
¿Cómo es posible un éxito de este calibre? Sin duda, en su papel protagonista han jugado un papel fundamental las redes sociales ¿A cuántos políticos les gustaría tener más de 255.000 seguidores en Twitter y superar los 520.000 en Instagram o los 7 millones de Me Gusta en Facebook? Pues eso.

Los memes son la clave de su éxito.



Para los curiosos. El verdadero nombre del gato cabreado -en realidad, gata- es Tardar Sauce y su carita de cascarrabias no es producto de un software informático o de su estancia en alguna prestigiosa escuela de actores gatunos, ni mucho menos. Ese 'rictus' de pocos amigos se debe al hecho de haber nacido con enanismo y padecer maloclusión, es decir, un mal alineamiento de los dientes.

Por cierto, se está preparando una película con ella en un rol protagonista. Estará relacionada con la Navidad. A esto, Grumpy cat está acostumbrada puesto que ha aparecido ya en las portadas de The Wall Street Journal y de New York Magazine. Viendo todo esto ahora comprendo a un amigo mío que lleva más de medio año intentando enseñar a jugar al fútbol ¿A su hijo? ¡Qué va! A sus dos periquitos.