El ministro de Economía, Luis de Guindos. EFE/Archivo El ministro de Economía, Luis de Guindos. EFE/Archivo



A pesar de la exposición del secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, por las declaraciones del pequeño Nicolás, informaciones y mensajes que se han ido conociendo, el ministro de Economía, Luis de Guindos, no tomará cartas en el asunto hasta que no haya algún hecho que demuestre que existió trato de favor o dinero público de por medio. Alguna información publicada recientemente apunta que detrás del aguante de De Guindos estaría un proyecto multimillonario en manos del secretario de Estado con un empresario chino, en el que está interesado el presidente del Gobierno.

Si comprueba que le engaña
Colaboradores del ministro han dicho a la SER que su intención es mantenerle y que solo le exigirá que dimita si aparece algo inesperado y ve que ha podido engañarle. La versión mantenida por García-Legaz, trasmitida por la Secretaría de Estado a ELPLURAL.COM es que conoció al pequeño Nicolás en 2009, cuando llegó a FAES de “la mano de su madre” porque al chico “le interesaba la política”.

Mensajes entre García-Legaz y Nicolás demuestran una estrecha relación
El joven se ganó la confianza de los cargos de FAES y llenó con jóvenes actos del PP de José María Aznar y otros cargos populares. Además, organizaba fiestas a las que acudían miembros de Nuevas Generaciones.

Según informaciones recientes, García-Legaz recibió en su despacho del Ministerio de Economía a concejales madrileños y a empresarios en compañía de Francisco Nicolás. Mensajes de correo y whatsapps publicados este jueves demuestran que la relación entre ambos era muy estrecha.

Ingenuo, culpable o chivo expiatorio
En el PP hay opiniones para todos los gustos, desde quienes reprochan a García-Legaz haber pecado de “ingenuo”, pasando por los que critican que Guindos no le cese, hasta quienes creen que es un chivo expiatorio de este escándalo por haber sido mano derecha de Aznar en FAES o para que se ponga el foco de atención sobre Moncloa.