Pablo Iglesias, secretario general de Podemos. Pablo Iglesias, secretario general de Podemos.



“Si tú no marcas la agenda, otros te la marcarán a ti” es uno de los axiomas preferidos del líder de Podemos, Pablo Iglesias. Y está empeñado en ponerlo en práctica contra el PSOE, sobre todo en el Europarlamento, el único lugar donde a día de hoy su formación tiene representación institucional.

Esta mañana, el gabinete de prensa de Podemos difundía una nota con declaraciones de su secretario general en las que acusaba a Pedro Sánchez de negarse a apoyar “nuestra moción de censura a Juncker”.

Escándalo fiscal
El nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker está en el punto de mira a raíz del escándalo sobre las prácticas fiscales secretas que lideró durante dos décadas en Luxemburgo, y que permitieron a las multinacionales ahorrarse millones de euros en impuestos.

Fracaso de su moción
A raíz del escándalo, Podemos intentó presentar una moción de censura contra Juncker, pero fracasaron al no conseguir recopilar las 76 firmas necesarias. Ya entonces, Iglesias reclamó a Sánchez que se uniera a su propuesta.

Moción euroescéptica
Sin embargo, las críticas de Iglesias se producen ahora cuando se debate en el Europarlamento una moción de censura contra Juncker, que se votará el jueves, pero que no tiene nada que ver con la idea de Podemos. En realidad, está impulsada por el sector euroescéptico y tiene el apoyo de un popurrí de eurodiputados como los del cómico italiano Beppe Grillo o la extrema derecha con Marine Le Pen al frente.

Culpa a los socialistas
Iglesias acusa a los socialistas de haber dejado la moción “en manos de los euroescépticos y la extrema derecha” y de que “la negativa de los eurodiputados socialistas [a apoyar su iniciativa] hizo que fuera imposible alcanzar el número de firmas requeridas para presentar la moción”.

76 firmas
Es en esa frase donde reside la acusación -que hoy aparecía en la mayoría de medios- y el quid de la cuestión. Para presentar la moción se necesitan 76 firmas. Todos los eurodiputados del grupo al que pertenece Podemos (GUE) suman 52 firmas y, en el caso de que hubiera conseguido todas, las 14 de los socialistas españoles hubieran valido bien poco. Esto son todo especulaciones porque la lista de firmantes es un secreto insondable que aún estamos esperando a recibir del gabinete de prensa de Podemos.

¿Por qué el PSOE?
Y ante el que surgen varias preguntas: ¿Por qué Podemos le exige al PSOE en exclusiva su apoyo? ¿Por qué no se lo pide al grupo de Los Verdes con 50 eurodiputados, o a los liberales, que también andan divididos con respecto a Juncker? Incluso, podría habérselo solicitado a los socialistas franceses, que también se abstuvieron sobre Juncker. O quizás Iglesias esperaba que el PSOE español consiguiera cambiar la opinión de los otros 177 eurodiputados socialistas, algo improbable después del golpe de timón que ya impuso Sánchez para negar a Juncker un apoyo que ya estaba pactado.

Y es quizás en ese desencuentro entre la socialdemocracia europea en el que parece querer ahondar Pablo Iglesias con sus críticas, intentando marcar con astucia la agenda socialista.

“Exigimos explicaciones”
Desde el PSOE, su portavoz europea, Iratxe García, se defiende de las acusaciones apelando a su responsabilidad y señala que “mientras algunos buscan firmas, nosotros exigimos que venga Juncker a dar explicaciones”, lo que ya sucedió en la Cámara. Actualmente, asegura que se está debatiendo si se afronta el escándalo de Juncker con una “comisión de investigación especializada o con un expediente”, pero, sobre todo, alegan que han conseguido el compromiso de la Comisión Europea para que se cree una legislación que evite las prácticas desveladas en Luxemburgo, “sean delito o no”.

Complicidad
Los socialistas no entienden la relación causa-efecto que hace Iglesias acerca de que la falta de apoyo a su moción impulsa la de la extrema derecha. Una iniciativa, esta última, que el PSOE tampoco apoyará por las mismas razones, además de porque se niegan a “ser cómplices de quienes tienen como objetivo desestabilizar a la Unión Europea”.