El alcalde de Valladolid, León de la Riva, ante los periodistas. Archivo/EFE El alcalde de Valladolid, León de la Riva, ante los periodistas. Archivo/EFE



La oportunidad para un lavado de cara, es lo que probablemente ha visto el polémico alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, en el acto institucional contra la violencia de género de que celebrará el próximo 25 de noviembre, y en el que, a diferencia de anteriores años, el comunicado no será leído por una persona de la sociedad civil, sino por León de la Riva.

Cuestionó las denuncias de víctimas de la violencia machista
Los grupos políticos en la oposición y algunas entidades han criticado esa decisión, en la que ven una intención política para favorecer al alcalde, quien hace unos meses cuestionó la veracidad de las denuncias interpuestas por víctimas de la violencia de género. La oposición cree que se intenta limpiar la imagen del PP, un partido para el que las políticas de igualdad no están en sus prioridades, informa El Norte de Castilla.

El PSOE anuncia que no asistirá al acto
El Grupo Municipal Socialista ha confirmado que no asistirá al acto institucional si el polémico alcalde lee el manifiesto finalmente, según el diario local El Día de Valladolid. Por su parte Izquierda Unida calificó de "inadmisible" que el alcalde León de la Riva, intente "lavar su imagen" en las actos programados para el próximo 25 de noviembre.

Críticas de IU
Izquierda Unida hizo público un comunicado en el que criticó, además, que la decisión impide la participación de personas ajenas a la vida institucional, y que "viene motivada por las declaraciones que el alcalde realizó hace apenas unos meses, en las que cuestionaba la veracidad de las denuncias interpuestas por mujeres víctimas de malos tratos y frivolizaba con los casos de acoso, violencia y violación".

Los comentarios machistas del alcalde
El alcalde de Valladolid dijo en agosto pasado que le da "cierto reparo" entrar en un ascensor por si "hay una chica con ganas de buscarte las vueltas, se arranca el sujetador o la falda" y al salir del mismo grita que "la han intentado agredir". No era su primer comentario machista, entre una larga lista de insultos de todo tipo, que le han valido el sello de político polémico. En 2010 describió a la entonces ministra de Sanidad, Leire Pajín, como “una chica preparadísima, hábil, discreta, que va a repartir condones a diestro y siniestro por donde quiera que vaya”, y cuya “carita” y “morritos” le provoca siempre pensar en “lo mismo”.