Donde las dan las toman. Esta parece ser la consigna que impera en Génova 13, sede nacional del PP y férreamente controlada por Rajoy a través de su segunda número dos, Dolores de Cospedal. Los últimos 'patinazos' de Esperanza Aguirre, como su fuga de los agentes de movilidad de Madrid, su respaldo a uno de los abusadores de las tarjetas 'Black' de Bankia o los ridículos exámenes de honestidad a candidatos del PP madrileño, la han colocado en el momento más débil de su liderazgo ya abiertamente cuestionado, hasta el punto de que se ha llegado a hablar de poner una gestora al frente del PP madrileño y sacar directamente a Aguirre de la política. La guerra es total entre aguirristas y rajoyistas. Ahora ella es la más débil. Pero es una enemiga peligrosa.

Guerra de gerentes
Beltrán Gutiérrez, hasta hace unas semanas gerente del PP de Madrid y hombre de confianza de Esperanza Aguirre, fue cesado de ese cargo por la dirección nacional del Partido en cuanto se supo que era uno de los 'beneficiados' por las tarjetas opacas de Bankia. Dado que Aguirre no ha parado de reclamar medidas duras contra la corrupción, ha sido la única dirigente del PP que ha pedido perdón públicamente por los escándalos y se erigió en la bandera de la honestidad, a Cospedal se le brindó una oportunidad de oro de aplicarle su propia medicina. Cospedal afirmó que su partido no puede hacer más contra la corrupción e inmediatamente Aguirre le replicó que se podía hacer mucho más. Beltrán Gutiérrez fue cesado como gerente, pero a los pocos días la SER desvelaba que a las 24 horas de haber sido despedido el PP de Madrid (Esperanza Aguirre) le había vuelto a contratar. ¿Esa es la contundencia de Aguirre con los escándalos?, oportunidad de oro para Cospedal y Floriano que esta misma semana han salido a decir que ellos cumplieron con el cese como gerente pero que el contrato lo debe explicar el PP de Madrid, es decir Aguirre.
Lo que ocurre es que Cospedal tiene un problema, como contábamos en ELPLURAL.COM hace unos días, ella mantiene no ya como empleado, sino como gerente del PP en Castilla-La Mancha, a José Ángel Cañas, imputado por el juez Ruz en el Caso Bárcenas. Aguirre guarda un sospechoso silencio dado que nada más saltar un escándalo suele convocar una rueda de prensa, pero ya se ha encargado de transmitir que su cabreo con Génova es mayúsculo.

Versión Génova: sus errores la anulas como candidata
Es de sobra conocido que Esperanza Aguirre quiere ser candidata a la alcaldía de Madrid. Hasta ahora las encuestas la avalaban con la candidata del PP con más posibilidades de retener la joya de la corona del partido, pero  tenía un problema principal: Mariano Rajoy no la traga. Primero porque le disputó el liderazgo del partido en el congreso de Valencia de 2008 y después porque no ha parado de criticarle, pública y privadamente. La dirección nacional del PP cree que los últimos errores de Aguirre la han dejado sin opciones de ser candidata a nada. Salió como pudo de su fuga de los agentes de movilidad después de aparcar en un carril bus en plena Gran Vía, su estrategia para ser abanderada de la honradez ha devenido en la parodia de los exámenes a los candidatos a las alcaldías y, finalmente, la cobertura al implicado en las tarjetas Black acaba con su discurso anticorrupción.

El PP de Madrid resquebrajado
Con el liderazgo de Aguirre debilitado, el PP de Madrid tiene una situación de crisis interna inédita y brutal. El delfín y hombre de confianza de Aguirre, Ignacio González, le ha dado la espalda. González sabe que tiene que estar en las filas de Rajoy si quiere repetir como candidato. Ana Botella se va dolida y escenificará su alejamiento del partido con su presencia en la manifestación contra el Gobierno de Rajoy por no derogar la Ley del aborto. Pero Botella no está -de momento- en el mismo barco que Aguirre. Las puyas de la ‘lideresa' a la alcaldesa de Madrid a cuenta de la gestión de la tragedia del Madrid-Arena no se olvidan. La pregunta a estas alturas es: ¿Quien está con Aguirre?