El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce / EFE-Archivo



El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, se encuentra en una situación muy delicada. Tras las presiones del PP por boca de Alicia Sánchez-Camacho o Carlos Floriano acabó instando a la Fiscalía catalana a querellarse contra Artur Mar por la consulta del 9-N, pero el responsable se negó a hacerlo alegando que no había base jurídica para ello. El paso preceptivo tras este plante del fiscal catalán es reunir a la cúpula del ministerio fiscal. Así, este miércoles se reunirá la Junta de Fiscales de Sala, un órgano de asesoramiento del fiscal general que integran los 26 miembros con mayor categoría de la carrera fiscal y cuya opinión no es vinculante.

Si la opinión es desfavorable puede seguir adelante pero lo haría muy 'tocado'
Fuentes de la Fiscalía General no han aclarado si la decisión de Torres-Dulce de presentar querella puede cambiar mañana a la vista de las opiniones que le expresen los fiscales de sala, ya que tampoco se prevé que haya una votación sobre el asunto. Más bien, la intención de Torres-Dulce es cumplir el mandato del artículo 27 del Estatuto Fiscal, que establece el trámite del Ministerio Público cuando existen discrepancia internas. No obstante, en caso de que la Junta de Fiscales exprese su rotundo rechazo a la querella, Torres-Dulce quedara en una difícil situación al no haber obtenido tampoco el respaldo de los fiscales catalanes.

Oirá el parecer de fiscales de prestigio
La previsión de la reunión es que a la vista de las discrepancias del fiscal superior de Cataluña, José María Romero de Tejada, ahora el fiscal general dará la orden definitiva de la presentación de la querella "oyendo a la Junta de Fiscales de Sala", según fuentes fiscales. Todos los miembros de la Junta de Fiscales de Sala tienen su cargo en Madrid y está conformado con los fiscales que ocupan el puesto más alto en el escalafón de su carrera.

Posibilidad de dimitir... que podría no disgustarle demasiado
Diversos medios apuntan a la posibilidad de "dimisión" de Torres-Dulce si recibe un nuevo varapalo, atrapado entre las presiones del PP, al que debe el puesto, y una querella a la que ha dado muchas vueltas y en la que no parece creer demasiado y menos muchos de sus compañeros. El periodista de El Mundo Eduardo Inda aseguraba en Al Rojo Vivo que en realidad el Fiscal General está harto de las presiones del Gobierno y que ahora que ha perdido la protección del anterior ministro de Justicia y mentor Alberto Ruiz-Gallardón está deseando abandonar el cargo.