Nunca he sido demasiado fan de Salvados, el programa de Jordi Évole en La Sexta. Como de todo en la vida, se pueden aprovechar cosas pero me parece un programa un poco sobrevalorado.

El éxito actual de Salvados se basa en tres aspectos fundamentales, el primero es haber sabido detectar una necesidad de determinado tipo de información. El segundo motivo es que al otro lado no hay nadie: Salvados no tiene competencia, de hecho todos los competidores se encuentran en su misma cadena. Excepto “Ciudadano Cake” al que llaman el “Follonero de derechas”,  lo que te da una idea del nivel de manipulación que maneja. El último motivo por el que Jordi Évole triunfa con su Salvados está relacionado con esto. Él ya lo ha dicho muchas veces de una u otra manera, incluyendo en algún sarao en el que pude escucharle y saludarle: dice lo que la gente quiere escuchar y a ser posible que sea lo que queremos que escuchen.

Salvados no deja de tener un patrón bastante marcado. Salvados en realidad es más un programa de entrevistas editadas que un programa de información o reportajes. Y editar entrevistas puede llevar por acción o por despiste a que algunas cosas parezcan otras. Son entrevistas que casi siempre se hacen con teóricos expertos o testimonios de personas que van a dar el mensaje que se pretende transmitir. Expertos que no se van a salir mucho de la línea ideológica oficial de programa y que rara vez se va a contraponer con la opinión de otros que aborden el problema de manera distinta. Por supuesto estas entrevistas se hacen en los términos más complacientes y cómodos posibles, para dar la completa sensación de que lo que dice el entrevistado es cierto de verdad. El éxtasis en Salvados se produce en aquellos programas donde hay entrevista incómoda, donde Évole va a meterle el ojo al señor o señora en cuestión y el tono de la entrevista se torna bastante más ácido. Y así Salvados se ha ganado un supuesto halo de veracidad entre sus seguidores, cosa que convirtió aquello de la Operación Palace en una payasada aún mayor.

El caso es que en Salvados se dicen cosas muchas veces y para mucha gente que quedan como verdades muy ilustradas, cuando en realidad caminan entre la inexactitud, el error o la mentira. La mayoría nos pasan desapercibidas. Así por ejemplo en el pasado programa, dedicado a la corrupción en los cursos de formación y con viaje incluido a Dinamarca, tuvimos algún ejemplo. Antes de pasar a él, hubo dos cosas que me llamaron la atención y que quisiera comentar.

Uno de ellos era la entrevista al orientador laboral en Dinamarca, en el que se hablaba entre otras cosas de la diferencia de efectivos entre los servicios de empleo danés y español. Siempre que se habla de la ineficacia de los servicios públicos de empleo, me sale el mismo discurso. En España, por lo que he podido ir buscando por ahí sumando SEPE y servicios autonómicos, los efectivos dedicados a la gestión del empleo y el desempleo suman unos 15.000 empleados. La Agencia Federal Alemana, la BfA, tiene más de 100.000 empleados y el Pôle Emploi francés está por los 45.000. Nótese la proporción tanto por número de empleados como por población a la que atender para darse cuenta de la magnitud del problema. ¿Qué hacemos en España al respecto? Chistes de funcionarios.

El segundo asunto previo es ver cómo el “experto” al que Évole llama para vendernos la moto, como no podía ser de otra forma, es el progre-guay de turno. Allí se puso Víctor Lapuente a contarnos una película de que muchas leyes son KK y que esto es sólo cosa de “instituciones”. El mantra gafapasta contra el “culturalismo” tan habitual. ¿Dónde estuvo el problema? En que va Évole y entrevista al presidente del Parlamento de Dinamarca, con tan mala suerte que cuando le preguntan cómo hacer que España emule a Dinamarca en control de la corrupción, va el hombre y suelta “… Hay que trabajar las actitudes y tradiciones,…” Useasé, culturalismo del bueno. De todos modos Lapuente es el mismo que nos intentó engañar un poco con aquello de las universidades y su financiación. Como dijo un politikonero en Twitter “iban tan bien :(“… hasta que dejaron de decir lo que tú querías escuchar.

Y enlazando con Galindo, momentos antes nos planta este tweet que nos trae el motivo de la parrafada. Una señora que lleva 14 años trabajando en Dinamarca nos va a hablar del “mercado laboral danés” y supuestamente “toca verlo”. Y al verlo te encuentras con la señora diciendo que “Aquí el despido es muy fácil. Te pueden despedir de hoy para mañana”. ¿Cuál es el problema? Pues como pueden ustedes imaginarse, la tal Reyes Sánchez no nos ha dicho toda la verdad. Por supuesto no encontrarán trinos de Galindo al respecto, ni verán a Lapuente quemando papeleras en Gotemburgo, ni por supuesto como ven se edita la entrevista para que no se diga algo que no es del todo cierto. ¿Motivo? El mantra de que Dinamarca tiene poco desempleo porque el despido es libre y gratis lleva ya muchos años en España, vendido entre otros por los referentes intelectuales de don Follonero. No olvidemos que cuando este muchacho hizo un programa sobre el mercado laboral español, se fue a ver al gran Juanjo Dolado, autor de este artículo legendario y declarado fan del modelo danés.

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