En la noche de este 1 de noviembre se cumplirán dos años desde que las negligencias en una fiesta en un recinto municipal, el Madrid Arena, acabaran con la muerte de cinco adolescentes. El juez que lleva el caso, Eduardo López Palop, ha concedido una entrevista a El Mundo en la que se muestra obviamente cauteloso sobre el proceso, pero sí deje caer varias reflexiones de interés.

No se quita de la cabeza a las familias
Lo primer que deja claro es que "no conozco a las familias de las niñas fallecidas, pero puedo asegurar que no me las he quitado de la cabeza en ningún momento en estos dos años de instrucción". También explica como le avisaron el día de la tragedia mientras estaba de guardia judicial y le alertaron de que había que esperar a que se calmara la situación para poder acudir a donde habían fallecido dos niñas (días después fallecerían otras dos): "Cuando llegamos al Madrid Arena, aquello era absolutamente desolador. Estaba el suelo lleno de cristales, en un sitio en el que no se podía entrar con cristales. Las paredes tiznadas de humo de bengalas, en un sitio donde se suponía que no podían entrar bengalas".

"Problemas de conciencia"
López-Palop también hace una reflexión sobre el papel de la justicia en estos momentos de desencanto: "El origen del Estado no fue hacer autopistas o líneas de alta velocidad. Todo eso está muy bien y es muy necesario, pero vino después. El origen del Estado fue evitar la venganza privada y la ley del más fuerte. Es decir, la Justicia". "A mí me causa auténticos problemas de conciencia mandar a la cárcel a alguien que ha robado 500 euros mientras determinadas personas están en libertad", señala antes de apuntar que "puede haber intereses muy poderosos en que la Justicia no funcione".

Sin presiones políticas en el Madrid Arena
En cualquier caso, aclara el juez que en el caso del Madrid Arena no ha habido ninguna "institución" que le haya presionado, y no ha recibido ninguna "consigna". "Presión mediática sí", explica sobre la repercusión del caso. También reclama "un juez de paz" para asuntos menores como disputas vecinales para que los jueces se puedan centrar en casos como los de corrupción.