Esta es la historia de una mujer, Diana (@dianainnovadora), que vive en Confortalia, una tierra ideal que hace honor a su nombre. Allí también están sus dos amigos/socios, Yago (@YagoGeek91) y Félix (@Felixmanager69). Los tres se embarcan en la historia de una búsqueda que les lleva por lugares insospechados, pero reales. Una historia cargada de 'aprendizaje' y mucha innovación apta, eso sí, para todos los públicos: marketinianos, comunicadores, abuelas, amas de casa, adolescentes...

La Aventura de Diana podría ser la de una mujer cualquiera con inquietudes, apasionada por el mar y por la vida, que un día decide emprender. Esta novela 'transmedia', además de tener la innovación y la comunicación como leitmotiv, no evita enseñar lo que uno no debe aprender en esos mundos tan conectados con la actual sociedad de la información. Nacho Villoch (@Capitancook) es el autor y sus reflexiones, aunque siempre con su libro como telón de fondo, abordan la educación, la comunicación, el emprendimiento, la situación de las mujeres, aficiones e, incluso, algunos de sus ídolos de juventud.

La aventura de Diana es, no sé si con esa intención, casi un manual de creación de empresas de base tecnológica o mejor dicho de innovación aplicada a...
Sinceramente creo que manual no. Sí tiene mucho de didáctico pero no lo veo como un manual, no va en la clave de necesidad-solución o problema-error. Algo que he visto es que hay demasiada información en materia de innovación y comunicación pero muy deslavazada. Falta el mapa. Por eso, en La Aventura de Diana, precisamente un mapa es el que cuenta una historia ligada al aprendizaje, con mucha pedagogía, eso sí, muy gráfica y visual. Como ejemplo, cuando en el libro hablo de llegar a la Isla de los Resultados no Buscados (algo inherente a la innovación) podemos pensar en Colón y que en realidad su objetivo no era América. Para llegar a esa isla podríamos hacerlo a través de la Bahía del Fracaso y entonces te imaginas a Colón quejándose por no haber logrado su fin diciendo algo así como “me han pagado un viaje de 6 meses y...”. Pero entonces puedes optar por una segunda oportunidad, entonces a través de un sistema así te das cuenta de que de este modo se pueden asimilar mejor conceptos que, de forma académica, de manual, puede ser demasiado árido.

Un concepto clave es en esta aventura el emprendimiento.
No es fácil emprender aunque creo que nunca lo ha sido. El emprendedor es un valiente. El otro día me encontré con una frase con mucha miga: “El emprendedor trabaja 80 horas semanales cuando tiene que trabajar 40”. En el régimen de semicautiverio que encierra el empleo por cuenta ajena cumples tus horas (que a veces son 40 o 50) y te vas a casa. No digo que no tenga ingratitudes, pero tienes un entorno cierto del que el emprendedor no disfruta.

Y además se innova y emprende, como dices en el subtítulo, contra viento y marea
Me gusta la idea de contra viento y marea. Es verdad que no sé si es ahora más fácil emprender que antes, probablemente en la actualidad es más sencillo que nunca. El otro día me dieron el dato de que, para constituir una empresa de base tecnológica, una startup, en el año 2000 necesitabas 1 millón y medio de euros; en 2005, 500.000; y hoy en día puedes ponerla en marcha por 5.000 euros. Y esto porque en la actualidad dispones de muchos recursos en la nube, apps gratuitas, etc... El que funcione o no ya es otra cosa. Es decir, que el 'contra viento y marea' sigue estando vigente pero ahora mismo es más sencillo que antes crear una empresa de este tipo.

Ya que mencionas el término startup, un concepto muy de moda ¿Qué te sugiere a ti?
No es más que un 'palabro', un anglicismo como muchos otros. Los términos emprendimiento o empresario están distorsionados ¿Cuándo alguien deja de ser emprendedor y se convierte en empresario? Amancio Ortega ¿es emprendedor o empresario? Pues él es un gran empresario que fue emprendedor en sus inicios pero que sigue emprendiendo. Podría haberse dormido en los laureles, con su equipo ha continuado haciéndolo con más productos, o mejorando la logística. O Richard Branson que tras Virgin no ha parado.

Entonces qué es una startup
Si yo abro una franquicia de yogurt helado o una carpintería estaría emprendiendo sin duda alguna. Sin embargo, no tiene esa base tecnológica que tanto domina nuestra sociedad actual, con todos los cambios que se producen y seguirán registrándose en estos momentos de revolución tecnológica. Si abro un negocio de drones o de Internet de las Cosas o Impresión 3D es una startup. Si es de pan orgánico, entonces es una panadería... En definitiva, yo creo que es una cuestión de etiquetas.

Hablas de aprendizaje de técnicas de innovación (casi 80 aparecen en la novela) Pero de esto no sabe el común de los mortales
Manuales técnicos hay muchos y cuando haces un MBA te los dan todos en el paquete. Yo he pensado el libro para que puedas leerlo como una novela, que el lector pueda despegarse de la parte más técnica sin problemas. Mis test sobre el libro han sido mis hijas adolescentes y mi madre. Las tres lo han leído; a unas les han gustado más unas cosas que otras, pero todas lo han entendido. La idea no es que el lector se quede con los 80 o 70 aprendizajes, ni mucho menos. Hay lecciones más de coaching, más de actitud.

Nacho Villoch, con el primer ejemplar de La aventura de Diana



Como aquello que se enseñaba antes en periodismo: contar las cosas para que las entienda todo el mundo. Si lo hace mi abuela, lo hará el que tenga una o cinco carreras universitarias
Es un poco de eso. Esa es la idea. Si algo he detectado a lo largo de estos años dedicándome a la comunicación de la innovación es la existencia de mucho vendedor de humo. Y esto también tiene su presencia en La Aventura de Diana. Ahí aparece el Barrio Chino de la Innovación, y en esa parte surgen determinados 'gurús' que le venden la moto a la protagonista, pero ojo que también ahí hay aprendizajes. Por eso, la novela no pretende nada más allá, está dirigida a todo tipo de lector.

Una de las principales características de este libro es su esencia 'transmedia', es decir, su conexión directa con los soportes digitales, redes sociales, etc, más allá del papel
He de reconocer que al principio me surgió la duda de si papel o no papel. Hay quien dice que el papel ha muerto, pero estamos en el momento en que más libros se publican. Sin duda, en los tiempos que corren, era necesario establecer esa conexión porque visto cómo se desarrollan los acontecimientos se hacía imprescindible esa presencia de La Aventura de Diana en el mundo online con el objetivo de abarcar todos los campos. El papel sigue teniendo su importancia para regalar, para llevártelo a algún sitio, puesto que no todo el mundo dispone de wifi. En definitiva, era imprescindible para cerrar el círculo con este, llamémosle, mundo analógico.

Pero a partir de ahí hay que hablar de las redes sociales que, parece, juegan un papel muy importante
Hace unos meses, el editor me comentó que estaría bien que estuviéramos presentes, que organizáramos una estrategia también para redes como Twitter y Facebook. Yo dije ¿En Twitter para qué? Él me contestó que lo habían hecho con algunos títulos y me dio un par de ejemplos. Claro, mi siguiente comentario fue: “Pero si tendrán 60 comentarios el día de la presentación y luego nada más”. Pero la intención del editor era la que era y yo le decía que a mí, a través de las redes, lo que me gustaría es conversar con el autor del libro e, incluso, con los personajes. Él me contestó que eso no era posible. Esa misma noche, al llegar a casa, abrí los perfiles de Diana, Yago y Félix en Twitter y se podría decir que la historia se escribe o cuenta en esta red y en el propio libro. A día de hoy siguen manteniendo sus cuentas, con cierta actividad y no pierden la esencia que tienen en la obra.

Vamos ahora con la pregunta típica y manida que el periodista hace al escritor ¿Qué hay de autobiográfico en la novela?
Nada. He querido ser muy escrupuloso para que no pareciera, ni por asomo, una especie de terapia propia. Hablo de cosas que conozco, pero no es autobiográfico. Al fin y al cabo he escrito sobre cosas como el mar o la innovación sobre las que sé que puedo aportar algo. Rebuscando, no niego que hay guiños muy sutiles a asuntos que me gustan como por ejemplo el cine... También he de reconocer algunos detalles, como que el nombre de Félix es un particular homenaje a uno de mis ídolos, Félix Rodríguez de la Fuente, o que el de Yago recuerda a mi admirado Jacques Cousteau. Sin embargo, de ahí a que haya algo de autobiográfico va un trecho muy grande.

¿Habrá segunda parte de esta aventura, al margen de su evolución en las redes?
Es verdad que la historia, en las redes, o en el blog creado al efecto, sigue. Estamos hablando con el editor, dependiendo de cómo se desarrollen los acontecimientos, de una segunda o tercera parte. Pero, ya veremos.