Al señor Mas habría que pedirle al menos que nos deje a cada cual elegir a nuestros adversarios. Un servidor, por ejemplo ─español porque así lo dice un pasaporte que no utilizo─ no tiene como enemigo a un ciudadano del Ampurdán por definición. Ni porque esté a favor de la consulta ni porque quiera una Catalunya independiente. Siempre me ha parecido demasiado arrogante que desde aquellas tierras, muchos políticos y no pocos ciudadanos, para qué nos vamos a engañar, crean que en tabernas, estaciones de Metro, consultas de podólogos o recesos de los botellones en ‘Madrid’ (ese ente abstracto que tan frívolamente se invoca) no se habla de otra cosa.

Pincha aquí para seguir leyendo  el blog Jaula de Grillos  de Germán Temprano