Si analizamos la dimisión de Gallardón en términos de costes y beneficios para las filas peperas; pesan más los segundos que los primeros. Gracias al fracaso del exministro, la derecha ha matado dos pájaros de un tiro. Por un lado, el Pepé recupera oxígeno para próximas encuestas y, por otro mantiene en sus orillas a los más moderados de la parrilla; aquellos indecisos que en su día dieron su voto a Rajoy por el centrismo de su discurso, y ahora estaban a punto de cambiarse de bando, si se hubiera dado luz verde a la Ley del Aborto. Ahora bien, no todos son luces en las ventanas de Génova. La desautorización de Rajoy a su exministro de justicia pone en evidencia las grietas que se abren en los jarrones de La Moncloa. La dimisión de Botella y Gallardón, en tan poco espacio de tiempo, sitúa al Ejecutivo en su primera crisis de gobierno local y nacional, respectivamente. Por otro lado, el archivo del aborto siembra de enojos al "liberalismo cristiano"; a las sotanas del Vaticano, y a todo el electorado de corte religioso; que ha rezado, día a tras día, para que se derrumbase, "de una vez por todas", la ley de Zapatero.
Sigue leyendo en el blog de Abel Ros