Si Ana Botella creía que se iba a ir de rositas tras anunciar la peatonalización o restricción del tráfico en el centro de la capital unos días después de su renuncia ‘precipitada’ y, a decir de algunos, “obligada”, a ser candidata a la alcaldía de Madrid, va a tener que cambiar los planes.

La empresa aplicación virtual Uber opera ya en las calles de su ciudad y esto, a tenor de lo ocurrido en otras urbes, es sinónimo de protestas e incidentes por parte del sector del taxi, muy poderoso por cierto en grandes núcleos urbanos.

Uber ya funciona en varios países europeos y, en todos, su presencia ha estado salpicada de polémica. Sin ir más lejos, en los primeros días de este mes de septiembre un tribunal provincial alemán obligada al cese de operaciones de la compañía norteamericana bajo amenaza de multa millonaria. No obstante, solo una semana después, el mismo tribunal celebró una reunión en la que acordó que no era precisa una prohibición ipso facto, al tiempo que dejó entrever una especie de defecto de forma por presentar la denuncia fuera de plazo por parte de las asociaciones de taxistas.

En nuestro país parece que la cosa tampoco está muy clara. Desde el Gobierno, y a menos de un año de las elecciones, poner en jaque el mensaje de optimismo es casi una ofensa, así que se desliza cierta presión por parte del ministerio de Hacienda hacia los conductores de Uber.

Confirmado
La empresa de San Francisco, EEUU, ha confirmado ya su llegada a Madrid. De hecho, en su página web o en la aplicación para dispositivos móviles, su leitmotiv, se encuentra ya la capital de España. Asimismo, en redes sociales como Twitter lo anuncian con un “De Madrid al cielo…”. Los precios no varían mucho en comparación con Barcelona. La tarifa base se sitúa en 1 euro, a lo que hay que añadir 0,15 euros por minuto y 0,65 euros por kilómetro, con una tarifa mínima de 3 euros, cantidad igual a si uno decide anular el servicio.

Para hacernos una idea del coste de Uber, a modo de ejemplo, el recorrido desde la glorieta de Cuatro Caminos hasta la sede de ELPLURAL.COM (calle Santa Catalina) tendría un precio entre 5 y 7 euros, por casi 6 kilómetros.

Tuit en la cuenta de Uber anunciando su llegada a Madrid



Previsibles protestas
Y mientras Uber desembarca en Madrid, con seguridad las distintas asociaciones del taxi empiezan a preparar sus protestas. En su momento, sabiendo que tras Barcelona el siguiente destino sería este, los profesionales apoyaron a sus colegas de la Ciudad Condal frente a la compañía apadrinada, en forma de inversionistas, por Google entre otros gigantes económicos.

Sin duda, el problema que se pone sobre la mesa es de complicada solución, al margen de los intereses encontrados de unos y otros, desde un punto de vista legal.

Para su estreno, los responsables de Uber han decidido bajar el precio de los trayectos, una buena estrategia de marketing, sin duda. Ahora hay que esperar a la acogida que los usuarios den a este servicio, porque lo que parece evidente es que la guerra del volante no ha hecho más que empezar.

Recordando los últimos anuncios y renuncias de Ana Botella quizás la todavía alcaldesa debería esperar a que Uber esté totalmente operativa (y las protestas también) para desvelar lo de Swartzenegger como embajador turístico, por aquello de desviar la atención.