El presidente mundial del Grupo Santander, Emilio Botín. EFE



Entre las cifras astronómicas que se manejan en los salarios a presidentes y altos directivos de los bancos internacionales, el del recientemente fallecido Emilio Botín era de los más bajos. Eso sí, a cualquiera de nosotros, probablemente, nos gustaría ver esa cantidad en nuestra nómina.

Con sus poco más de tres millones de euros de retribución total en 2013 como presidente de Santander, Emilio Botín podría ser considerado como uno de los altos ejecutivos peor pagados de la banca internacional. Sirva como referencia que Lloyd C. Blankfein, máximo ejecutivo de Goldman Sachs, percibió 54,8 millones el año pasado, casi 20 veces más que el español.

Por supuesto, no fue el único que lo superó en ingresos. Su homónimo en JP Morgan Chase, James Dimon, cobró más de 21,6 millones. En Bank of America –banco con el que, por cierto, la entidad española ha mantenido tradicionalmente una alianza estratégica-,  el presidente Kenneth D. Lewis, se embolsó más de 19 millones, lo que equivale a multiplicar por seis la retribución de Botín. Y el primer ejecutivo de Merril Lynch, John A. Thain, vio valorada su labor en 13,5 millones.

Más cercano a Botín, pero también por encima de él en cuanto a retribución, Winfried Bischoff, presidente de Citigroup, cobró 4,75 millones de euros. Y, casi empatado con él, Stuart Gulliver, de HSBC, percibió 3,2 millones, aunque en 2014 percibirá como mínimo 5,3 millones.

Sin embargo, el presidente del banco más rentable del mundo, Jiang Jianqing, del Banco Industrial y Comercial de China, es el que menor salario tiene: 254.000 euros al año. Y no sólo eso: el gobierno de su país amenazó este pasado agosto con reducir las retribuciones de los altos ejecutivos de sus bancos en hasta un 70% y limitarlos a un máximo de 600.00 yuans, unos 76.000 euros. A cambio, los dirigentes del país están dispuestos a aceptar planes de compensación en acciones.

Sólo queda por saber qué retribución percibirá la sucesora de don Emilio –como era conocido en su entorno profesional-, Ana Patricia Botín. ¿Seguirá estando igual de mal pagada o querrá ponerse al nivel de sus colegas?