Por fin, esta mañana de lunes Aguirre se ha visto obligada a cumplir con sus requerimientos ante los juzgados para declarar sobre su famosa 'tocata y fuga'. De alguna forma cerraba así una historia antigua. Una pequeña historia que mantenía con el juez que le ha tomado declaración: Carlos Valle.

En realidad, como les hemos explicado en ELPLURAL.COM, un juez que no puede sospechar que la mire con animadversión. Pero casualidades, o 'justicia poética' si lo prefieren, Esperanza Aguirre volvía a encontrarse este lunes con un juez con el que tenía una historia antigua. Nada menos que de 18 años. Cuando le dio plantón...

No iba detenida, pero 18 años y medio después, Aguirre llegó ante el mismo juez, Carlos Valle, rodeada de policías como una peligrosa delincuente. Foto EFE



Juzgados y elecciones, mala combinación
Hablamos de 1996. Del 27 de febrero de ese año. Aquel día, lunes, quien entonces era primera teniente de alcalde de Madrid, tenía cita ante el Juzgado de Instrucción número 14. En años anteriores, Aguirre había sido concejal de Medio Ambiente, y se la había citado para declarar como testigo dentro de la investigación sobre un vertedero ilegal llamado de Las Cárcavas.

El asunto era feo para ella; que se la viera entrar en un juzgado, y a sólo una semana de las elecciones generales que se iban a celebrar el 3 de marzo, menos de una semana después, a las que ella concurría como candidata al Senado, no le ayudaba. El viernes anterior, los entregados y apasionados colaboradores que siempre la han rodeado, filtraron a la prensa que no les había llegado ninguna citación... por lo que no se presentaría en el juzgado.

Y dicho y hecho, el 27 de febrero, el magistrado del Juzgado de Instrucción número 14 se quedó esperándola. Aquel juez era el mismo Carlos Valle que este lunes, dieciocho años y medio después, la ha tenido delante... esta vez como imputada.

El juez citaba, pero Esperanza ya tenía su agenda cerrada
El que era 'jefe' de Esperanza Aguirre en 1996, José María Álvarez del Manzano, fue el encargado de dar la cara y explicar aquella 'fuga' ante la ley. El alcalde no tuvo más remedio, desmintiendo a la oficina de su segunda, que sí le había llegado la citación, pero... tarde. Aguirre ya tenía su agenda cerrada y no podía acudir al juzgado.

"Cuando le llegó la citación -dijo Álvarez del Manzano- ella ya tenía la programación para estar en unos actos y puso en conocimiento del juez que durante esta época (electoral) las citaciones tienen que llegar con antelación porque, si no, no da tiempo a organizar el programa". O sea, ponían el mitin por encima de la convocatoria de la ley.

La justificación no hubiera valido para cualquier otro... Pero Esperanza Aguirre no se lo pensó. Simplemente dio plantón a Carlos Valle: "Ella no quería hacerlo, simplemente la coincidencia con un acto hizo que no pudiera concurrir a testificar ese día", intentó justificar el alcalde... que remató con una frase inolvidable y que retrataba muy bien la situación:  Esperanza Aguirre acudiría ante el juez "cuando pasen las elecciones".