La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, durante  una rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros. EFE/Archivo



Todos esperaban este viernes que Soraya Sáenz de Santamaría diera pistas sobre la reforma de la ley del aborto; pistas, porque la vicepresidenta del Gobierno no responde claramente a ninguna de las preguntas que le hacen los periodistas en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. "Es un tema muy sensible" y no se puede aprobar sin "un consenso que no es sencillo", dijo. Como el Gobierno lleva meses sin reunirse con la oposición sobre este tema y existe un rechazo generalizado sobre el proyecto, es de suponer que el anteproyecto se quedará guardado en un cajón.

El Gobierno dice ahora que le importa "el consenso"
Según afirmó Sáenz de Santamaría, “es una ley complicada, de gran sensibilidad social. Desde el principio se quiso trabajar por un consenso, que no es sencillo. Es el encargo que tenemos y estamos trabajando en ello. Se harán todos los esfuerzos”, informa El País. El argumento no es creíble porque si hay algo que caracteriza esta legislatura de Rajoy es que ha impuesto leyes a mansalva sin contar con los grupos políticos en la oposición, ni con la opinión de los ciudadanos. ?Y ahora resulta que el "consenso" es importante?.

“Ese consenso es importante. El ministro de Justicia tiene el mandato de trabajar por el consenso en todos los ámbitos y todos seguiremos trabajando y ayudando”, recalcó la vicepresidenta, en su intento de tapar la verdadera razón que está detrás del aplazamiento de la reforma del aborto: electoralista.

El PP teme un castigo de votos
Con la vista ya puesta en las elecciones autonómicas y locales, y con la inmensa mayoría de los sondeos que reflejan un rechazo unánime a la ley, el PP teme una sangría de votos aún peor que la que padeció en las pasadas europeas, y así se lo ha advertido su responsable de estudios demoscópicos, Pedro Arriola.