Hay indicadores macro de tendencia económica que reflejan una ligera mejoría, como el descenso de la prima de riesgo o desendeudamiento de las familias, y hay otros que siguen cayendo. El pasado mes de agosto se dieron a conocer los datos de inversión en España (pública más privada) y son catastróficos, no solo no se recupera sino que sigue cayendo de récord en récord negativo, hasta el punto de que la inversión ha caído a niveles de 1960, cuando España era un país profundamente atrasado e iniciaba una incipiente apertura económica. La caída de la inversión en obra pública y privada es dramática, lo que impacta directamente en la producción de cemento que ha descendido un 3% en pasado mes de agosto en comparación con el mismo mes de 2013.

Mínimos históricos
En los ocho meses transcurridos de este año la demanda de cemento ha bajado un 2% (7,1 millones de toneladas), datos que llevan a la patronal del sector a afirmar que están en "mínimos históricos". Los descensos se producen en todas las Comunidades Autónomas y especialmente drástica es la caída en Cataluña, con un descenso del 15,8% en lo que llevamos de año. La patronal cementera Oficemen, desde que estalló la crisis solo se registró un incremento de consumo de cemento en un mes, el de marzo de este año.

Exportar lo que no se vende aquí
Ante la caída de demanda nacional, que desde 2008 cada año es menor, las cementeras instaladas en España han volcado su estrategia hacia el exterior, a las exportaciones de tal forma que el 53% de su producción, casi 9 millones de toneladas, se vende en el exterior lo que sitúa a España como el primer país exportador de cemento de la Unión Europea. La patronal prevé que 2014 cierre con un descenso de entre un 7 y un 8% en las ventas nacionales, con lo que se encadenarían 7 años consecutivos de descensos por el parón de la obra pública y el fin del boom inmobiliario.