Dice el refrán que “quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón”, pero ¿qué pasa si el ladrón es quien devuelve lo robado? Los vecinos de un edificio de Santiago de Compostela están sorprendidos a la vez que preocupados, porque cada fin de semana les desaparecen objetos que luego aparecen por “arte de magia”… objetos de lo más variopintos.

Ya nos gustaría a los ciudadanos que todos los casos de corrupción, las corruptelas,  que salpican nuestro país acabasen de la misma forma. Los hechos suceden en la comunidad de vecinos de Pontepedriña, según recoge La Voz de Galicia. Y es que el vecindario no sabe qué hacer para que ese misterioso ladrón deje de llevarse sus pertenencias.

Escaso valor
Todo comenzó con pequeños objetos de escaso valor pero poco a poco las “desapariciones” iban aumentando, tanto en el valor de las cosa como en la frecuencia de los robos. Los vecinos ya no saben qué hacer y se lo toman con una mezcla de resignación y humor: "Yo ya digo que tenemos un ladrón de fin de semana", explica una vecina.

Objetos variopintos
El misterioso ladrón ha robado desde cepillos de dientes, a toallas y hasta un descapotable. Pero lo grave según señala una vecina no son los robos, de mayor o menor cuantía, sino los destrozos que ocasiona. Y es que el ladrón llegó a llevarse un descapotable para devolverlo horas después. No acaba ahí y el “catálogo” de los robos va desde bicicletas, mochilas, toallas… por ello el vecindario vive en un estado de “psicosis total”.