La discoteca pública construida en las afueras de Benaguasil, un pueblo de 11.500 vecinos en Valencia es de esos macroproyectos construidos en esa comunidad, nadie sabe muy bien para qué, y que han dejado tiritando las arcas públicas valencianas. El espacio de ocio en cuestión, B-Club costó al ayuntamiento 1,2 millones de euros y en el primer semenestre de este año ha facturado tres fiestas, de 190 euros cada una.
Con fondos destinados a reactivar la economía y el empleo
La discoteca fue construida en 2010, sufragada con fondos del Plan-E, que ideó el Gobierno de Zapatero para promover el empleo en los municipios, y con subvenciones de la Diputación de Valencia. El gobierno local lo vendió como un multiespacio que tenía la finalidad de atraer a "personas de otras localidades del Camp de Túria".
El Gobierno local se dedica ahora a alquilarlo
Según la denuncia del PSPV, que difunde el diario Levante, el proyecto, que se suponía un punto de encuentro para jóvenes, fue “un fracaso”, y el Gobierno municipal cambió el fin del recinto a través de una ordenanza para poder alquilarlo a 190 euros al día a particulares y empresas privadas. En el primer semestre de este año, sólo ha recaudado 570 euros, es decir el 7% del total que espera ingresar en 2014.
Los socialistas valencianos han denunciado “el derroche del dinero de todos los contribuyentes” con este proyecto que se suma a una larga lista de despropósitos, como el Aeropuerto sin aviones de Castellón, que dejaron en quiebra a esta comunidad.