¿Qué tiene Carboneras de Guadazaón para covertirse en la localidad que acogerá este domingo la salida de la 9ª etapa de la Vuelta Ciclista a España? ¿Tiene algún destacado puerto de montaña?¿Una ruta urbana apta para la práctica del ciclismo profesional? Nada. No tiene ningún atractivo ni mérito deportivo (aunque sí todo el derecho) para acoger la salida de la “serpiente multicolor” que, además, debe dar un salto de 121 kilómetros, distancia existente entre Carboneras y Albacete, meta de la 8ª etapa que llega a la ciudad manchega este sábado. Sin embargo, sí tiene un “aliciente”, aunque nada tiene que ver con el deporte de las dos ruedas pero sí del gusto de la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, y es que este pueblecito de apenas 800 habitantes está gobernado por el Partido Popular.

Menosprecio a Cuenca y a su alcalde
¿Y el alcalde de Cuenca, qué le ha hecho a Cospedal? Nada, pero la también secretaria general del PP se la tiene jurada. Esta es la razón, y no otra, siembre según el secretario de organizaciñon del PSOE conquense y diputado nacional, Luis Carlos Sahuquillo, por la que los organizadores de la Vuelta Ciclista a España se llevan una salida de la prueba ciclista a 44 kilómetros de la capital, cuyo Ayuntamiento está presidido por el alcalde socialista, Juan Ávila. “Es una nueva maniobra de menosprecio a Cuenca y a su alcalde por parte de Cospedal”, asegura Sahuquillo, para quien esta decisión “sectaria” hará que hoteles, restaurantes y comercios de Cuenca y provincia “no tengan las mismas oportunidades de negocio que tendrá Albacete”, como reconoce el propio sector hostelero.

Los intereses de 55.000 habitantes frente a 800
Sahuquillo lleva razón. No hay que ser un especialista para predecir fuertes pérdidas para el sector servicios de la capital conquense, además de hurtarle una gran oportunidad de promoción turística como es la retransmisión televisada de la Vuelta Ciclista. Una vez más, Cospedal sacrifica los intereses de 55.000 ciudadanos para beneficiar hipotéticamente a 800 bajo administración del PP, aunque como muy bien concretan los socialistas la gran mayoría de las cientos de personas que mueve la prueba internacional harán noche en Albacete, meta como decimos de la anterior etapa, desde donde se desplazarán hasta Carboneras de Guadazaón unas horas antes de la salida del domingo 31 de agosto.

¿Quién paga y cuánto?
Desde el PSOE denuncian igualmente el “oscurantismo” que hay en torno a esta etapa de la Vuelta Ciclista a España, puesto que “nada se sabe respecto al presupuesto que se ha destinado para ello, ni quién lo ha pagado”, denuncia Luis Carlos Sahuquillo, quien lamenta que la “fijación” del presidente de la Diputación de Cuenca, Benjamín Prieto (aficionado a lucir en su capa semanasantera símbolos fascistas), con el alcalde de la ciudad, Juan Ávila, “no hace otra cosa que perjudicar a nuestra provincia”, añade, “Junta y Diputación han optado por llevarse la Vuelta a Carboneras para evitar la participación del alcalde” de la Ciudad de las Casas Colgadas, que no “colgantes” como las denomina Cospedal desde su más absoluto desconocimiento del patromonio castellano-manchengo.

La capital, el mayor reclamo turístico
En este sentido, el alcalde de Cuenca, Juan Ávila, en declaraciones a ELPLURAL.COM dice no entender la sinrazón de esta decisión y mucho menos aun “el desprecio hacia la ciudad”, y menos todavía lo entiende el sector especialmente perjudicado por esa decisión, “que es el del turismo y la hostelería”, señala. Decisión que tampoco coincide con la idea del director general de Deportes, que hace unos días situaba a Castilla-La Mancha como “el mejor escenario para eventos que impulsen la dimensión del deporte como dinamizador económico y turístico”. En este sentido, el regidor conquense, siempre desde el respeto a Carboneras de Guadazaón, reconoce, sin embargo, que “el mejor reclamo turístico de la provincia es la capital”, guste o no guste a la señora Cospedal y a su obediente presidente de la Diputación, Benjamín Prieto, que dentro de su servilismo llegó a apoyar la instalación del Conservatorio Superior de Música en Albacete porque así lo deseaba su lideresa, en vez de refrendar la candidatura de su tierra, Cuenca, ciudad musical donde las halla.