Sobre el pazo de Meirás, la residencia veraniega en Sada (A Coruña) 'regalada' en sus tiempos al caudillo, pesa una larga reivindicación como bien público, aunque apenas se ha concedido que se abran algunos días al mes sus puertas mientras la familia Franco sigue disfrutando de la casa. La Comisión por la Recuperación da Memoria Histórica da Coruña ha denunciado reiteradamente los privilegios de los herederos del dictador con esa residencia y creen que la Xunta "está al servicio" de sus intereses permitiendo que la cierren para uso exclusivo un verano tras otro. Como explicó un nieto de Franco, Jaime Martínez-Bordiú -que se refiere al dictador como "abuelito"- la familia siente este espacio como propio y se resistieron a que la justicia les obligara a las breves jornadas de puertas abiertas para los vecinos.



Puertas abiertas para exclusivas
A pesar de este clima otra nieta del dictador, Carmen Martínez-Bordiú, no se ha tenido problema en conceder una entrevista en el Hola en el que el principal reclamo es, como anuncia la revista, "entrar por primera vez en la histórica residencia familiar". El otro reclamo de la entrevista es anunciar que está de nuevo soltera porque ha cortado su relación sentimental con 'Luismi' Rodríguez, un empresario conocido como el 'rey de la chatarra' y privilegiado por el PP.

Malestar político y social
El PSdeG-PSOE ha lamentado la exhibición del pazo y ha reprochado al Gobierno gallego "la connivencia con la familia Franco al no exigir el cumplimiento de la Ley de Patrimonio Histórico de Galicia", según recoge El Mundo ya que creen que "nos retrotrae a los años 60 y es un insulto a la dignidad de la gente y de las personas que lo pasaron mal en algún momento". Desde la Comisión para la Recuperación del Patrimonio Histórico creen que sería inimaginable que en Alemania o en Italia los herederos de Hitler y Mussolini disfrutaran como si nada de las propiedades que los dictadores obtuvieron por el hecho de serlo y los exhibieran públicamente.