Hace unos días ELPLURAL.COM advertía de que Ann Coulter, una de las columnistas de referencia del Tea Party, había pillado con el paso cambiado a la 'caverna' mediática española que se suele inspirar en ella al escribir un duro artículo arremetiendo contra los religiosos infectados por Ébola. Dicho y hecho, los ataques a Miguel Pajares no han tardado en llegar desde el texto lanzado por Coulter y tras el vodevil del Gobierno apuntando que la orden del misionero pagaría y luego negándolo tajantemente.

Mordido por un "perro rabioso" en Etiopía
Esta vez ha sido Sánchez-Dragó el que ha criticado al misionero desde las páginas de El Mundo, y lo ha hecho incurriendo en contradicciones de bulto que descalifican su texto. El columnista asegura no compartir la línea editorial de su diario "en lo tocante a los gastos de su repatriación" del misionero y para ello se compara con él y con una situación que vivió en la primavera de 2003 cuando "me mordió un perro rabioso en Etiopía".

Cuatro vacunas en manos de la embajada de EEUU...
Insiste Sánchez-Dragó al narrar su peripecia que cada paso que dio a partir de la mordedura se lo pagó de su bolsillo: un helicóptero y una doctora particular que le dijo que si no se ponía en el plazo de un día "una ampolla de hemoglobina antirrábica" moriría, un remedio del que solo había cuatro dosis "en posesión de la embajada estadounidense" y "sólo para su personal", por lo que le recomendó buscar un vuelo inmediatamente.

... y Sánchez-Dragó 'agraciado' con una
Como no había vuelos, Dragó explica que la solución vino del "embajador Dezcallar, al que guardo inmensa gratitud" y que llamó al embajador estadounidense para "ver si hay suerte". "La hubo. Acababa de empezar la guerra de Irak. El embajador norteamericano no tuvo redaños para dar con la puerta en las narices al representante de una nación aliada. Me pidieron cuatrocientos dólares por la hemoglobina. Los pagué a tocateja de mi bolsillo. Yo era el único responsable del suceso. Jamás hubiera aceptado que los contribuyentes de mi país fletaran un avión para salvarme la vida", dice sin rubor el columnista.

Sacando pecho por unas cuentas trucadas
"Ni pido ni admito ayudas pagadas con dinero público", asegura quien ha cobrado desproporcionadas minutas de la endeudada Telemadrid. Pero es que además para Sánchez-Dragó el valor de la vacuna que le dieron se reduce a su mero coste. ¿Pero cuánto valen las gestiones de un embajador español -hermano por cierto del que entonces era responsable del CNI- que también pagan todos los ciudadanos? ¿Cuánto costó la participación de España en la guerra de Irak que el propio Dragó presenta como la razón de que no le pudieran negar la vacuna? ¿Cuánto pagó él por el papel del Gobierno español en todo ese asunto? Respuestas obvias que deberían tener en cuenta los seguidores de esa derecha libertaria y asocial que siempre niega el papel del Estado... para los demás.