Jamones ibéricos y jamón serrano son puestos a la venta en un supermercado de San Petersburgo, Rusia, el jueves 7 de agosto de 2014. EFE



El jamón español, uno de los muchos productos alimenticios de la Unión Europea prohibidos  por Rusia, copa  la portada del influyente diario ruso Kommersant. "Dentro de varios meses en los restaurantes y tiendas difícilmente se encontrará, por ejemplo, el jamón español", reza el amplio artículo colocado en la primera página del periódico.

Un 50% de pérdidas
La única foto de portada muestra varios jamones españoles, entre ellos algunos pata negra, colgados con etiqueta de "Gran Reserva" junto a ejemplares italianos.

Los dueños de las cadenas de supermercados especializados que venden alimentos importados de España, Italia o Francia estiman en un 50 por ciento las pérdidas en suministros por el embargo de esos productos cárnicos exclusivos.

España es el sexto país más afectado por la prohibición de Putin
Según los datos de la Cámara de Comercio de España en Moscú, España exportó en 2013 embutidos y productos similares por un valor de menos de 2 millones de euros. En total, España exportó el año pasado a Rusia productos agrícolas y alimentarios, incluido el pescado, por valor 338 millones de euros, lo que le convierte en el sexto país de la UE más afectado por la prohibición de Moscú.

El país comunitario más afectado por la medida tomada por el Kremlin es Lituania, con exportaciones a Rusia de productos agroalimentarios y pesqueros vetados por 927 millones de euros, seguido de Polonia (841 millones), Alemania (595 millones) y Holanda (528 millones).

Latinoamérica, una alternativa para Rusia
Tanto el Gobierno ruso como las empresas confían en que los países latinoamericanos sean la alternativa a los productos europeos, en particular en lo que se refiere a la carne, las frutas y las verduras.

Una represalia por las sanciones a Rusia
La prohibición del Gobierno de Putin que afecta a los productos provenientes de la Unión Europea y Estados Unidos llega como represalia  por las sanciones a Rusia por su actuación en la crisis ucraniana, entre las que se incluye, entre otras, el veto a la banca rusa  a los mercados de capital europeos.