El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado que la economía española creció un 0,6% en el segundo trimestre del año, una décima más de lo estimado por el Banco de España. De esta forma se enlaza ya un año con tasa de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) lo que ha llevado al Gobierno a elevar la previsión de crecimiento para todo el año hasta el 1,5% y de un 2% para el 2015.

Euforia del Gobierno
Entre los datos del PIB y los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), con casi 200.000 ocupado más que en 2013, ha llevado al Gobierno a mostrar euforia ante lo que consideran ya no como una recuperación, sino como una salida de la crisis que "asombrará al mundo" en palabras del Ministro de Hacienda Cristóbal Montoro. El Ministro de Economía, Luis de Guindos, destacó esta semana ene l Congreso que el PIB encadena cuatro trimestres de crecimiento y "con un perfil ascendente" y anunció que el Gobierno rebajaría también la previsión de la tasa de paro que estableció en un 25% para este año y de un 23,3% para el que viene.

La larga sombra de la deflación
Hay muchos peros a la euforia del Gobierno, el primero que sigue habiendo 5,3 millones de parados y que seguimos teniendo la segunda tasa de desempleo más alta de Europa solo por detrás de Grecia, también que la deuda pública es casi del 100% del PIB, la más alta en 150 años, y otro largo etcétera, como la precariedad y los bajos sueldos de los empleos. Pero hay un factor que preocupa especialmente a los economistas, la temida deflación que consiste en una caída sistemática de los precios durante un período de tiempo que va a los 9 a los 12 meses. La caída sostenida de precios provoca un círculo vicioso por el que al final los productos y servicios se tienen que vender a precios tan bajos que las empresas vuelven a despedir para reducir costes y llegan a un punto en que tienen que cerrar porque el coste supera al beneficio. El IPC bajó un -0,9% en el mes de julio respecto a junio y es la tercera vez en diez meses que entra en negativa.

El Gobierno niega el riesgo
Técnicamente España no ha entrado en deflación, pero la amenaza resurge de vez en cuando, y el dato de julio es preocupante porque es el mayor descenso de precios en ese mes desde 2010. La tasa interanual del IPC se sitúa también en negativo hasta el -0,3% y el Instituto Nacional de Estadística atribuye el descenso a la bajada de precios de la luz y a la estabilidad de los precios de carburantes, alimentos y bebidas no alcohólicas.

España registró un par de meses de inflación negativa en 2011, tampoco entro en deflación oficialmente, pero tanto Dolores de Cospedal como Mariano Rajoy dijeron públicamente que España había entrado a deflación y que el Gobierno socialista lo ocultaba. Ahora el Gobierno del PP lleva con el IPC cercano a cero o en negativo desde agosto de 2012, cuando el efecto de la subida del IVA provocó una subida momentánea de precios.