Yo no sabía si Gowex era o no era una estafa. Pero tampoco lo sabían los analistas, ni los articulistas. Algunos, como los responsables de Gotham City Research, sospechaban. El engaño que se escondía detrás los fantásticos resultados de los últimos años de vida de Gowex solo los conocíaJenaro García y su camarilla.

La muerte bursátil de Gowex ha dejado un verdadero mal sabor de boca. Sobretodo a los accionistas que se perdieron los beneficios extraordinarios iniciales y con elanuncio de concurso de acreedores voluntario se han quedado con un agujero considerable en el bolsillo.

Según los comentarios publicados por las propias “victimas” en varias páginas de Internet, este escándalo ha dejado al descubierto las pocas atenciones que tuvieron algunos inversores en el momento de enfrentarse a los mercados financieros. Ahora ya es tarde para analizar de qué mal murió Gowex, pero hay cuatro lecciones que se pueden aplicar a otra euforia ilusoria de estas características:

1. No enamorarse nunca de la reina del baile
Este fue el motivo principal porqué no me interesé porGowex. Todo el mercado quería bailar con ella. Los especialistas le empezaron a reír las gracias, más tarde se apuntaron los aficionados. Poco a poco, en comidas informales había algún amigo que había invertido los ahorros en esta compañía imparable. Y finalmente, los medios de comunicación culminaron su fama con titulares de portada.

Cada proyecto de Wi-Fi nuevo era una celebración. Gowexera el símbolo del Mercado Alternativo, gustaba porque representaba el espíritu emprendedor y la recuperación deloptimismo en la economía española. Hasta sus pedos olían a perfume.

Pero si la Inversión Contraria es una disciplina, este era un “ejemplo modelo” de compañía a evitar.

2. No mezclar conceptos
Comprar Gowex era comprar especulación, aunque se vistiera de otro color. No se trataba de una inversión en valor y aunque las cifras de facturación aumentaran año tras año, también se saltaba los principios básicos de la inversión en crecimiento. 

Comparado con otras compañías tecnológicas, comoFacebook o Twitter, decían que Gowex cotizaba a un precio barato. Pero a un PER de 55, tal como comentaban en Quiet Investment: “Carillo no, lo otro”. No reunía las condiciones establecidas por los fundadores del Value InvestingBenjamin Graham i David Dodd.

Philip Fisher, el padre de las inversiones con potencial de crecimiento, tampoco habría acaparado las acciones de Gowex. El autor e inversor recomendaba entrar en compañías con varios segmentos de negocio y productos, además de gozar de un crecimiento sostenible a largo plazo. También defendía la búsqueda de valores que se enfrentaran a la opinión pública, totalmente al contrario que la tecnológica.

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