Las críticas que ha recibido la polémica instrucción del caso ERE han venido siempre por su excesivo carácter político, por incluso insinuar al Parlamento andaluz y por dirigir, tal vez con excesivo celo, una línea de investigación que entiende que todo es producto de la maquinación perversa de unos cuantos políticos de altura para crear un sistema irregular de ayudas.

De "caso Alaya" a ser "caso ERE"
Si como todo parece, la juez se va de vacaciones el 4 de Agosto y antes enviará al Supremo el escrito para que dictaminen sus magistrados si asumen parte de la causa, la que afecta a los aforados, o incluso toda, nos encontraríamos que todo el argumentario que dirige las acusaciones a la parte política del caso, perdería fuerza, se retomaría como una investigación técnica y el que algunos denominan "caso Alaya" volvería a ser el "caso ERE".

Fijación en lo político
Otra línea de crítica a la labor de la juez Alaya ha sido el dirigir con excesivo celo la investigación a personas aforadas, incluyendo dos expresidentes de la Junta de Andalucía, y no querer asimilar que si ciertamente los controles han fallado, no parece lógico concluir que desde los más altos niveles de la administración andaluza se tomaron decisiones para favorecer la presunta corrupción.

Coincidencias con fechas electorales de actuaciones de Alaya
Al mismo tiempo a Alaya le han llovido críticas por la coincidencia de importantes actuaciones como detenciones, en algún caso masivas, o la publicación de autos de imputación a cargos socialistas en fechas que electorales o coincidentes con hechos positivos para el PSOE.

Asunción por el Supremo parte de la investigación o la totalidad
Por ello y para evitar estos aspectos negativos de la instrucción -y porque legalmente parece que ese sería el paso a seguir-, desde distintos frentes, incluso el judicial, se lleva tiempo demandando que envíe al menos la parte que afecta a imputados al Tribunal Supremo. Hay quienes mantienen que el TS debería de asumir la totalidad de la causa y hablan de que separarlas por piezas llevaría a tener que realizar la friolera de doscientos juicios.

Envío inminente
Lo cierto es que aunque parece inminente el envío del escrito por parte de la juez solicitando que el Tribunal supremo dictamine si procede asumir la parte de la instrucción que afecta a personas aforadas (los expresidentes Chaves, Griñán y cinco exconsejeros), todo indica que lo hará por no tener más excusas para dilatarlo y ante las presiones de instancias judiciales, abogados y defensas.

Decisiones fundamentales del Supremo
El TS en ese caso tendría la pelota en su tejado. Deberá por un lado decidir si son sólidos los supuestos indicios estos preimputados. Por cierto, figura jurídica, esta de "preimputados" muy discutible por novedosa e inexistente. Así pues el Supremo podría decidir si procede que la causa siga o no adelante. También otra decisión importante es el despiece o no de la causan.

Una instrucción más técnica y despolitizada
En cualquier caso la consecuencia fundamental va a ser que el caso ERES, en la parte denominada como "entramado político" camine por una senda más técnica y menos politizada. Como consecuencia y en caso de que la juez Alaya siga con la otra parte de la investigación si es despiezada en el Supremo, el "caso ERE" y sus repercusiones políticas perderán fuelle.

Una trama de presuntos delincuentes
Podría quedar como lo que muchos opinan que debería haber sido desde el inicio, una investigación dirigida a un conjunto de responsables políticos de bajo nivel y muy reducido en número que junto a aseguradoras, "intrusos" y algún personaje peculiar y de pocos escrúpulos, habrían puesto en marcha un plan para aprovecharse de unas ayudas públicas que escaparon en una parte al control político.