La Organización no Gubernamental Oxfam ha realizado un informe sobre las repercusiones de las desigualdades laborales y salariales entre hombre y mujeres en la economía, repercusiones que son mucho mayores de lo que cabía imaginar en las economías desarrolladas. Concretamente los economistas autores del estudio sostienen que si hubiera igualdad laboral y salarial entre hombres y mujeres, el Producto Interior Bruto (PIB) de Estado Unidos subiría un 9%, el de los países de la Eurozona un 13% y el de Japón un 16%.

75 años para conseguir la igualdad
En el informe se concluye que aún aplicando medidas de igualdad se necesitarán 75 años para erradicar la igualdad laboral y salarial entre hombre y mujeres, por lo que ha pedido a los 20 países más poderosos del mundo agrupados en el G-20 que adopte las medidas necesarias para erradicar la discriminación de la mujer, según informa Europa Press. Oxfam señala que los objetivos globales de crecimiento marcados en la agenda del G-20 no se lograrán si estos países no se toman en serio acabar con la discriminación de las mujeres de una manera decidida, porque actualmente el proceso es muy lento.

Se mantiene la discriminación en los países desarrollados
Oxfam sostiene que las mujeres no solo sufren discriminación en el ámbito laboral, sino también en el institucional y familiar. En cuanto a laboral las estadísticas son contundentes, las mujeres son las que más tienen contratos a tiempo parcial y son las que realizan la mayor parte de los trabajos no remunerados. La ONG sostiene que si los trabajos no remunerados que realizan las mujeres, como las tareas domésticas, el cuidado de niños o ancianos, fuesen reconocidos podrían suponer entre un 20 y un 60% adicional al Producto Interior Bruto de los países.

Un problema que afecta a ricos y pobres
El director general de Oxfam España, José María Vera, ha señalado que "no estamos hablando de un problema de mujeres, sino de un problema sistémico que afecta al bienestar de todas las personas, tanto en los países pobres como en los ricos".
En la cumbre de los países del G-20 celebrada en México en 2012, los jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron a poner en marcha políticas contra la discriminación de las mujeres que impiden su participación social y económica plena, sin embargo dos años después la situación es la misma.