Las colas para entrar y salir de Gibraltar han desaparecido. Por primera vez en muchísimo tiempo se han registrado dos días seguidos. No es que el comportamiento del Gobierno español se haya moderado, sino que el día 1 de julio hubo visita oficial del ministro británico para Europa y ayer día 2 la frontera recibió el examen de la delegación de la Unión Europea. Esta coincidencia ha llevado al Ejecutivo del Peñón a declarar que los esto demuestra que los controles en la frontera "son políticos y no responden a criterios serios de protección del espacio Schengen".
"Debería venir todos los días gente de Bruselas", ha declarado el secretario general del Partido Andalucista, Antonio Jesús Ruiz, para evitar que el Gobierno de Mariano Rajoy siga usando a los campogibraltareños como "rehenes de un conflicto ficticio".
Nunca hubo dos días sin colas
El caso es que, desde el 1 de septiembre de 2013, cuando se empezó a llevar un control de las colas en la frontera, nunca había habido dos días seguidos sin colas. Sólo el 1 de enero, Año Nuevo, y el 18 de mayo se pudo entrar y salir de Gibraltar sin esperas, pero sólo duró un día.
Cuando había 5 horas de espera
Gibraltar achaca este hecho extraordinario a la visita del ministro británico para Europa, David Lidington el lunes y a la visita de siete técnicos europeos para comprobar los avances en el conflicto. Y señalan que contrasta con otros días de junio, como el pasado día 11, cuando se llegó al récord absoluto de tener que esperar 5 horas y cuarto.
El PP sigue presionando
Mientras, las autoridades españolas vinculadas al PP y a su posición de inmovilismo, como el alcalde de Algeciras y portavoz de la Comisión de Exteriores del Congreso, José Ignacio Landaluce, o Javier de Torre, subdelegado del Gobierno en Cádiz, insisten que los controles en la frontera son "irrenunciables, aleatorios y proporcionados" y con la única finalidad de luchar contra el contrabando.
Afrenta a la inteligencia
Por su parte, el viceministro principal de Gibraltar, Joseph García, opina que “el maquillaje de los pasados días es una afrenta a la inteligencia de las personas que a diario sufren las colas y a la dignidad de los cuerpos de vigilancia a ambos lados de la frontera que tratan de desempeñar un trabajo profesional.
