Salvador Sostres, articulista de 'El Mundo'



Con la sensibilidad de un país a flor de piel es peligroso y mezquino jugar a ser héroe encendiendo los ánimos, sobre todo cuando se señala en el sentido equivocado, como hace Salvador Sostres este martes en su columna en El Mundo al equiparar a la hasta hace poco portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Ada Colau, con la persona que disparó contra la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco.

Se considera libertad de expresión asediar a políticos...
"Alguien  en España se ha vuelto a atrever a asesinar a un político. Si es legítimo ir a buscar a los políticos a sus casas; si se considera libertad de expresión asediarles, a ellos y a sus familias, porque no estás de acuerdo con sus decisiones, ¿qué podría detenerte a la hora de dar el siguiente paso? Si  pudo, en el Congreso y sin que nada le ocurriera, llamar 'criminal' al representante de la Asociación Española de Banca, es fácil imaginar que el siguiente paso sea dejarse de adjetivos y pasar a los hechos", escribe Sostres, refieriéndose a Ada Colau.

Esa Colau que viene a nuestras casas
El polémico columnista responsabiliza en última instancia a los que, en su opinión, crean un "peligroso caldo de cultivo del desprecio a la política", quienes representan -afirma- el caos", que "es el primer enemigo del orden, la libertad y la vida". Sostres dispara claramente contra un objetivo cuando critica a quienes creen que los políticos de la actualidad no nos representan: "¿Quién nos representa?, se pregunta. "¿Los de las plazas? ¿La mujer de los tiros? ¿Esa Colau que viene a nuestras casas?", se responde.

Algunos han trabajado para que el día de ayer llegara con la sangre derramada de Isabel
"Algunos han trabajado mucho para que el día de ayer llegara con la sangre derramada de Isabel en la pasarela. Los políticos nos representan porque les hemos elegido, y aunque la democracia no es perfecta, la prefiero a tres tiros en el pecho o en la nuca, a las intimidaciones, a la gente que poco a poco interioriza el odio y el desprecio hasta que aprieta el gatillo", afirma el columnista de El Mundo, que pretende ignorar que las razones del asesinato cometido ayer está lejos de cualquier manifestación política (se apunta a una presunta venganza personal).

El paso siguiente a protestar frente a la casa de un político
En un sinsentido sin fin, Sostres advierte a los que se suman a denunciar en las calles una situación que consideran injusta que "la próxima vez que te digan que la política es una porquería piensa en qué suele sustituirla", la "próxima vez que te digan que los políticos no te representan, piensa en lo que hacen y representan los que vienen luego". Y vuelve a disparar contra Ada Colau y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca: "La próxima vez que alguien te invite a acudir al domicilio particular de un político para presionarle y asediarle, piensa en cuál es el paso siguiente: piensa en el cuerpo de Isabel tendido y sin vida en la pasarela. La próxima vez que sientas tanto odio, piensa hasta dónde quieres llegar. La próxima vez que sientas tanta rabia, piensa hasta dónde la podrás controlar. La próxima vez que te sumes a la turba, piensa en qué precio estás dispuesto a pagar. En el paso siguiente".

Los pobretones, las víctimas, los modernos...
A Salvador Sostres le dan igual los motivos que están detrás del abominable asesinato de ayer y lo reconoce: "Sea cual sea la motivación del asesinato de ayer", escribe el columnista, "lo gravísimo es que hoy en España la vida de un político vale menos que las otras. El recuento de cadáveres es el paso siguiente de cualquier linchamiento. Hay una España que todavía bucea en la tiniebla, y mientras les reímos las gracias porque nos parecen los pobretones, las víctimas y los modernos, teje implacable la muerte su madeja", insiste Sostres en disparar contra un sector crítico de políticos, activistas y ciudadanos pacíficos.