Miembros de la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores (AMAL)


Los ateos no podrán celebrar su manifestación el Jueves Santo, por cuarto año consecutivo, porque la Delegación del Gobierno en Madrid se lo prohíbe justificándose con que intenta evitar “la vulneración del orden público”.


Los ateos piden que se respete la aconfesionalidad del Estado
La Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores de Madrid (Amal) y la Asociación de vecinos La Playa de Lavapiés pidieron autorización a la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, hace unos días, para llevar a cabo su marcha entre la plaza de Lavapiés y Tirso de Molina.

Los ateos alegaron entre los objetivos de su manifestación "sensibilizar a la población sobre el derecho constitucional a la libertad de expresión y la obligatoriedad de que las instituciones protejan la aconfesionalidad del Estado".

Reclaman que se devuelva la mezquita de Córdoba
La marcha atea pretende reclamar, además, que "se devuelva a los ciudadanos" la mezquita de Córdoba y criticar la dedicación de "desmesurados gastos para la realización de fastuosas procesiones, en una época de austeridad económica y recortes sociales".

Cifuentes lo ve una provocación
La delegada del Gobierno ve una provocación "realizar la manifestación un día especial de significación para los católicos", como es el Jueves Santo. Cifuentes se apoya en un informe del Ayuntamiento de Madrid, que se opone a la marcha atea porque se celebran actos religiosos "multitudinarios" en el centro de la capital. Concretamente, a las 19 horas está programada la procesión de Jesús 'El Pobre' y a las 20 horas la del Jesús del Gran Poder y la Esperanza Macarena, según adelanta Público.

Botella y Cifuentes alegan razones de seguridad ciudadana
El Ayuntamiento y la Delegación del Gobierno esgrimen el alto número de vecinos de Madrid y turistas en la capital con motivo de las celebraciones religiosas y apuntan razones de seguridad ciudadana. Subrayan el carácter claramente "antagónico" de ambas manifestaciones, "que podría dar lugar a enfrentamientos entre los asistentes a ambas".

La Delegación del Gobierno cree que la posibilidad de que se celebren ambas actividades el mismo día puede “incidir en la propia imagen de la ciudad de Madrid, en uno de los atractivos turísticos en esta época del año".