Pues ¡vaya!, sí que ha empezado mal el frente de la independencia en sus andanzas parlamentarias dentro del ámbito español, sede Madrid. Mientras que Artur Mas demostraba su incapacidad de dar la cara ante el Congreso de los Diputados, le llegaron noticias muy desagradables desde Quebec, que es, desde hace muchos años, como la Meca para los musulmanes en versión CiU y ERC.

Esas noticias subrayaban que el  independentismo había sido derrotado en Quebec y por amplia mayoría. El vencedor fue el Partido Liberal [de carácter progresista] del Canadá. Y todavía peor. Estos liberales canadienses han blandido la bandera del federalismo. Y han arrasado. Tome de una vez, y pronto, nota, señor presidente de la Generalitat.

El contencioso catalán
En el debate sobre el contencioso catalán, apareció, eso sí, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Estuvo inane en sus intervenciones, como acostumbra. Leamos la siguiente frase delirante: "Yo creo en Cataluña más que ustedes. Amo a Cataluña como algo propio". Baratilla reflexión propia de un político inmerso en el cinismo. ¿Cómo puede transmitir Rajoy a los catalanes nacionalistas/soberanistas semejante cursilería para retenerlos en su adiós a España?

¿Duelo de la Edad Media?
Si el jefe del Ejecutivo se agarró a palabras de amor marchito, como si los ciudadanos catalanes fuéramos estúpidos, el consejero de Presidencia de Mas, Francesc Homs, intentó justificar la ausencia de Más diciendo una gracieta de pésimo gusto: había que evitar un "duelo de la Edad Media". En paralelo, Rajoy volvió a difundir alguna que otra chorrada. Por ejemplo: "Creo en Cataluña más que ustedes, Ya sé que existe. Una Cataluña independiente sería como la isla de Robinson Crusoe".

Miguel Ángel Aguilar
Comparto totalmente con Miguel Ángel Aguilar su mensaje desde la SER dirigido a Artur Mas: "Sepa que el pueblo no puede ser sacrificado en aras de su salvación personal. En cuanto a Rajoy, más vale impávido que pirómano". Es verdad. Ejerció, en efecto, el oficio de pirómano.

Años de plomo
Lo exhibió siendo presidente del PP y procurando evitar que Gas Natural se apropiara legítimamente de Endesa. Fue un duro ataque del nacionalismo españolista a empresarios catalanes. Así comenzaron estos años de plomo que pueden acabar con la fractura de Cataluña y el resto de España. E inmediatamente la rebelión probable de Euskadi.

De forma insidiosa
El pirómano -no debe olvidarse jamás- encendió a media España cargando de forma insidiosa contra el nuevo Estatuto de Autonomía. Y con los militantes del PP y los medios cavernarios avivando el fuego. Todavía hay tiempo para frenar el choque de trenes. Pero el principal culpable habita en La Moncloa.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM
En Twitter es @enricsopena