En el PP y los medios de su órbita no todos están tan obcecados como La Razón, donde vaticinan un paseo triunfal en las inminentes europeas. Otros ya empiezan a ponerse tiritas, y eso que todavía queda tiempo para la cita. Pero lo curioso es que a pesar del pavoroso balance que presenta el Gobierno de Mariano Rajoy en sus más de dos años de legislatura -más paro, más deuda, rescates de bancos y de autopistas, más impuestos, etc- algunos analistas del partido vuelven con aquello de los errores de 'estrategia' y de 'comunicación'.

Una pareja de la máxima confianza de Aznar
Un duro palo contra Arriola se ha publicado este miércoles en El Mundo bajo la firma de un popular, Guillermo Gortázar, que en los noventa fue uno de los principales ideólogos y adoctrinadores del partido como secretario de Formación. De hecho Gortázar y su mujer, la exministra Pilar del Castillo, se convirtieron en los noventa en una de las parejas de más confianza de Aznar... junto a la de Arriola-Celia Villalobos.

Contra el "arriolismo" que encarna Rajoy
En su artículo, Gortázar arremete contra el "arriolismo", que define como "una forma de hacer (o no hacer) política consistente en dejar pasar las cosas, esperar a que los demás se equivoquen", fiando todo a lo siguiente: "En la oposición, se trata de denunciar los errores ajenos y en el Gobierno, vender tecnocracia y un cierto mantenimiento de los valores de la derecha que son un capital consolidado como la exaltación de las Fuerzas Armadas, la Guardia Civil, la bandera, la familia, la religión católica...." Insiste en que Rajoy "encarna perfectamente" ese modelo y renuncia a "un proyecto político renovado, ilusionante, que requiere liderazgo, cultura, ideas y valores modernos además de los tradicionales".

"Limitada formación" y falta de profesionalidad
Gortázar ataca en lo personal a quien fuera asesor de Aznar y ahora lo es de Rajoy: "Pedro Arriola es una persona cuya limitada formación (estudios de Economía y Sociología) se compensa con su inteligencia y con el aprendizaje que ha absorbido de sociólogos como José Ignacio Wert o Carlos Malo de Molina. (...) Hay que tener en cuenta que el cliente de Arriola no es el PP sino su presidente, a pesar de que seamos los cotizantes del PP quienes pagamos al asesor (...) Los informes de Arriola eran siempre orales, jamás entregó un papel escrito y siempre eran referidos a cuestiones cuantitativas y tendenciales según sondeos subcontratados, o bien gracias a informaciones electorales procedentes de instituciones públicas como el CIS o sondeos de origen privado (prensa, bancos, fundaciones)". Sentencia que "la calidad de la información que nos daba el asesor del presidente era muy deficiente" y faltaba "reflexión más analítica, más profesional, en cuanto a los temas de campaña, los objetivos sectoriales, los procedimientos de movilización de la militancia, el proyecto político propuesto, etc". "Sobre todo, cómo ganar esas franjas del electorado de centro que son las que otorgan la mayoría en unas elecciones generales", insiste sobre las deficiencias profesionales del principal asesor del presidente del PP.

Su función real es la de "asesor-calmante"
Pero Gortázar aventura que si a pesar de sus carencias profesionales Arriola se mantenido durante 24 años como asesor de Aznar primero y luego de Rajoy debe ser por algo: "(...) es un buen conocedor de la naturaleza humana, sobre todo de los líderes políticos y su proximidad al presidente se basa en la singularidad de no ser un político (no tiene o no demuestra esa ambición) y ser un auténtico bálsamo, un calmante medicinal de sus preocupaciones". "Éstas no cuentan, las próximas tampoco (las del 93), donde te la juegas es en las siguientes", le decía a Aznar para consolarle ante sus previsibles batacazos electorales iniciales. Ahora, "fiel a su tradición" de "mantener" al cliente al menos hasta las próximas elecciones generales, en 2015, y ante el riesgo de una debacle en las elecciones Europeas y en las siguientes municipales y autonómicas, el asesor le estaría transmitiendo a Rajoy el siguiente mensaje: "Mariano, si se pierden las europeas no pasa nada, tienen el efecto de castigo pasajero, por los ajustes, pero muchos de esos votos volverán en las generales". Así, atribuye a Arriola la función de "asesor-calmante".

La influencia de Fernández de la Mora
El problema de fondo según Gortázar es que la derecha española es "mucho más tributaria y heredera de Gonzalo Fernández de la Mora que de Fraga Iribarne" "En efecto, la cooptación (antes el cuaderno azul de Aznar y ahora el dedo de Rajoy), el concepto plebiscitario de la democracia, la tecnocracia, la ausencia de referencias a la tradición liberal y a la democracia están en el pensamiento de Fernández de la Mora", advierte este ideológo, que atribuye esos tics clasistes y antidemocráticos al actual PP. "Arriola no es ningún gurú electoral, no está capacitado ni interesado en ello, es un taumaturgo, un médico calmante de presidentes del PP, enfermos imaginarios, agobiados y necesitados de consuelo", insiste en su conclusión.

Puñaladas y tiritas antes de las elecciones
¿Por qué este palo preventivo desde la órbita aznarista antes del resultado de las Europeas? ¿Se buscan excusas ante el obvio fracaso de las recetas económicas del PP? ¿O se trata de una presión de última hora antes de que Rajoy anuncie por fin la candidatura para la cita electoral de mayo?