Un joven tira una piedra al término de las marchas por la dignidad que ha convocado a decenas de miles de manifestantes en Madrid. EFE

 

 


Indignación sin precedentes de agentes policiales contra el Ministerio de Interior, concretamente con los mandos de la Unidad de Intervención Policial (antidisturbios) y la Brigada de Seguridad Ciudadana, tras los graves incidentes registrados al pasado sábado por la noche en Madrid al término de la manifestación de la 'Marcha de la Dignidad'. Los enfrentamientos entre varios centenares de antisistemas y los agentes antidisturbios se saldaron con un centenar de heridos, 67 de ellos agentes policiales, tras momentos en los que los manifestantes violentos consiguieron aislar a grupos de agentes que no recibieron refuerzos.

Piden destituciones
Todos los sindicatos policiales han criticado con dureza la planificación y actuación dirigida por los mandos policiales. Tanto el SUP como CEP, UFP, SIPE y SPPU afirman que lo ocurrido fue "un grave problema de coordinación y dirección", afirman que "no es normal" el elevado número de policías heridos y que se les dio la orden de "no usar material antidisturbios y de aguantar sin cargar". La gota que colmó el vaso de los agentes fue "el abandono" de un grupo de agentes que estaban siendo violentamente agredidos, pidieron refuerzos y no los recibieron.
Durante todo el domingo decenas de agentes antidisturbios se concentraron ante la sede central de la Brigada de Seguridad Ciudadana, con sede en el barrio madrileño de Moratalaz, para exigir la destitución de jefe de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y del comisario general de Seguridad Ciudadana, a los que acusan de cometer graves errores y provocar que se corrieran "riesgos innecesarios".

El Ministerio de Interior no toma medidas
La indignación de los agentes es absoluta porque para vigilar la Marcha de la Dignidad del pasado sábado se desplegó el mayor operativo policía de los últimos años, con 1700 agentes repartidos por las calles del centro de la capital, por lo que no se entiende que grupos de agentes se vieran acorralados por los violentos sin que recibieran apoyo. De los 64 policías heridos, 14 tuvieron que ser hospitalizados e incluso uno de ellos recibió cuatro puñaladas por la espalda que, gracias al chaleco de seguridad, no le hirieron de gravedad.

A pesar de que no se recuerda un crítica tan generalizada a los mandos, el Ministerio de Interior se ha limitado a anunciar que se van a "revisar los protocolos" de actuación para estos casos.