La incoherencia es el síntoma más evidente de la grave enfermedad que vive nuestro mundo. La brutalidad inhumana de quienes toman decisiones ya ni siquiera se maquilla de hipocresía.

Jon Ronson ya lo escribió con detalle en su obra ¿Es usted un psicópata? En estas interesantes páginas hace un análisis del perfil que muchos políticos y dirigentes tienen, en términos clínicos. Para nuestra desgracia muchos de ellos responden de manera peligrosamente clara a un cuadro digno de un perfecto psicópata.

Si se sometiera a quienes toman decisiones que nos afectan a todos al test de Hare () sentiríamos un escalofrío al ver de una manera –más- clara que estamos en manos de personas frías, sin empatía, con una visión utilitaria del resto de sus congéneres, carentes del sentido del bien y el mal, y sin el más mínimo remordimiento cuando sus acciones causan consecuencias negativas a otras personas.

¿Cómo llega esta gente a los lugares donde se encuentran? Pues dicen los estudios que precisamente por eso llegan. Porque no tienen problema en dar puñaladas traperas, en saltarse las normas, en mentir, pisotear, y lo que sea menester para posicionarse y mantenerse a flote. Mientras hay quienes trabajan y confían en los méritos y sus principios para ser reconocidos, otros ganan posiciones a base de destrozar a sus contrincantes.

Para enfrentarse a ellos y plantarles cara hay que tener valor y ganas. Porque mientras no se esté dispuesto a utilizar sus armas, el campo de batalla cuenta con rivales muy desiguales. Afortunadamente ahora todo el mundo espera que haya un cambio real y ético en las personas que toman decisiones y el apoyo social es un arma con una fuerza incalculable.

Cuando estos psicópatas toman decisiones actúan de manera fría y sin plantearse la más mínima duda. Es como perpetrar el crimen perfecto: solamente alguien con serios desajustes mentales puede plantearse algo así. Pues en otro plano, pero de manera muy similar, están actuando hoy en día quienes gobiernan el mundo.

Desde quienes miran hacia otro lado ante las barbaridades que suceden en cualquier lugar del planeta, hasta quienes tenemos tomando decisiones en nuestro propio país.

El cinismo es una de sus características. Son capaces de defender la vida a capa y espada y después tratar de justificar la muerte de quince inmigrantes porque vienen de otro lugar, de otro país. Son incluso capaces de mentir y negar la evidencia. Las palabras que todos hemos escuchado estos días por parte del ministro Fernández Díaz nos han revuelto en lo más hondo; es evidente que este señor no tiene principios, pues si los tuviera no le habrían permitido dar la cara por semejante aberración.

Beatriz Talegón es secretaria general de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas
@BeatrizTalegon