Lo de mentir en el presidente, ya una categoría
Lo de mentir, afirma Gabilondo “está empezando a dejar de ser anécdota y a convertirse en categoría”. No obstante, el periodista se resiste a tildar al presidente del Gobierno de mentiroso. “Me gusta ser respetuoso con las palabras y las personas”, aclara, antes de puntualizar que no sabe si esta prudencia va a ser peor porque “el Real Diccionario de la Lengua dice que mentir es decir lo contrario de lo que se sabe, de lo que se cree o lo que se piensa. Y si lo que dijo el presidente es lo que sabe, lo que cree o lo que piensa es que el presidente no tiene ni idea de los datos, y que un presidente vaya al Parlamento sin tener idea de los datos en un asunto tan delicado como el del paro o es un incompetente, o es un frívolo o es que nos desprecia, que no nos toma completamente en serio”.
Puede que Rajoy sea víctima de alucinaciones
“También puede ser que estar en el poder provoque una cierta inflamación de las meninges o una cierta inflamación del sentido de la responsabilidad y eso haga ver alucinaciones, lo que se quiera ver. Ya le pasó al ministro de Hacienda cuando dijo que no estaban bajando los salarios”, señala Gabilondo.
¿Mentiroso o incompetente o frívolo o soberbio o alucinado?
Así las cosas, concluye el veterano periodista, “si decidimos no llamar mentiroso al presidente, pues tenemos para elegir o incompetente o bien frívolo o soberbio, altanero que nos desdeña o alucinado”. Eso, sí, un consejo al presidente: “que no olvide la frase del cínico: ‘si quieres que te crean de cuando en cuando, debes decir la verdad de vez en cuando’. Fin de la cita”.