El secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle / EFE-Archivo



El secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, mano izquierda de José Ignacio Wert en el ministerio, ha sido presentado en numerosas ocasiones como un un personaje diferente dentro del PP. Alejado de las formas faltonas y desafiantes de buena parte de sus compañeros, él mismo tuvo sus roces con el sector del PP de Madrid por criticar sus excesos populistas y extremistas.

Más protección en un momento muy duro para la Cultura
Pero a la hora de la verdad, las diferencias son meramente de tono. Desde su importante responsabiliad, Lassalle no ha tenido ningún problema en justificar la iniciativa de su Gobierno para convertir las corridas de toros en patrimonio cultural inmaterial español en "todo el territorio nacional", lo que supondrá más dinero público para un espectáculo sanguinolento y además en momentos de recortes para el mundo de la Cultura en ámbitos como las letras, el cine, el teatro, etc.

Lo compara con otros productos típicos como "el cante jondo" o la Semana Santa
Lasalle ha hecho estas declaraciones minutos aludiendo al anteproyecto de Ley de Protección del Patrimonio Cultural Inmaterial remitido el pasado viernes por Wert al Consejo de Ministros. Según el secretario de Estado de Cultura, entre los aspectos de la cultura española que constituyen "tradiciones vivas" heredadas de nuestros antepasados y que merecen protección como bienes inmateriales se encuentran la Semana Santa, el "cante jondo" o la tauromaquia, vivencias "que requieren de una protección que transciende el ámbito territorial de una comunidad autónoma".

"Trasciende a debates que no son oportunos"
La tauromaquia, según Lassalle, es una "experiencia transgeneracional" que forma parte del patrimonio cultural español "desde hace varios siglos", y tiene que ver, ha afirmado, con su aspecto "más estético, intelectual y conceptual, con la parte más inmaterial de la fiesta". "El tema de la tauromaquia no es el tema de la fiesta" aunque desea que ese ámbito "se alcancen los consensos necesarios" porque la protección del ámbito más estético del toreo "trasciende a debates que no son oportunos". Según Lasalle, el anteproyecto de Ley de Protección del Patrimonio Cultural Inmaterial nace "con vocación de consenso", tanto con las comunidades como con los partidos políticos "interesados", y ha asegurado que la intención es que su tramitación parlamentaria transcurra "en un clima de entendimiento y racionalidad".