La herida no se cierra. La pasada semana José María Aznar volvía de uno de sus viajes de negocios por el extranjero. La lista de llamadas pendientes que le esperaba no había dejado de aumentar cada día. En las horas siguientes habló con varios de sus antiguos colaboradores. Lo que se conoce como 'fuentes cercanas' al expresidente. Antiguos cargos del partido, antiguos ministros de su Gobierno. Durante su ausencia se había conocido que el Gobierno se disponía a subir las cotizaciones a la Seguridad Social a empresas, autónomos y trabajadores. "Está que se sube por las paredes", decía a ELPLURAL.COM una de esas 'fuentes cercanas'.

"Le llaman desde el partido, pero también muchos empresarios"
"En realidad Aznar está muy cabreado desde que dejaron de cumplir con el programa que llevaron en la precampaña, y que en buena medida habían preparado en FAES (la Fundación, think tank, que dirige el expresidente)", nos dice. En ese sentido, Cristóbal Montoro, que fue también ministro de Hacienda con él, concentra sus críticas. Las del expresidente 'popular' y las de el mundo que le rodea de ultraliberales que sienten como una traición buena parte de las medidas económicas que lleva a cabo el Gobierno y de las que en gran medida responsabilizan a Montoro, con creciente influencia sobre Rajoy, y aparentemente mejor situado que un Guindos que a cada momento parece más desaparecido.

Mariano Rajoy junto a José María Aznar este verano durante en el acto de clausura del campus de verano de FAES. EFE



¿Qué hace Aznar? "Escuchar a todos... Le llaman y le llaman pidiéndole que actúe. Le llaman desde el partido, pero también muchos empresarios. Quieren que actúe, que presione sobre el Gobierno", nos dicen. Pero al parecer, al contrario de lo que está haciendo otra ultra liberal, Esperanza Aguirre, José María Aznar no va a moverse. No de momento.

La resolución del 'caso Bárcenas', clave
Y es que una cosa ha logrado en los últimos tiempos.., al menos de momento. Ha dejado de convertirse en el pim pam pum del caso Bárcenas, detrás del que se escondían Rajoy y otros, y que había puesto como un sine qua non, como les contamos, para 'no tirarse al monte'. Como veníamos señalando en este periódico, medios afines al Gobierno y otros aparentemente no tanto, no se cortaban a la hora de señalar 'los tiempos de Aznar' como los de los sobresueldos y las corruptelas que afloraron con 'los papeles Bárcenas'. Una injusticia, se defendían en el entorno de Aznar, y señalaban que el expresdiente nunca había tenido mando orgánico en el PP, mientras que Rajoy había sido incluso secretario general. Un asunto que les producía el mismo malestar que escuchar a los 'tertulianos' más adeptos  a Moncloa hablar de 'viejo PP', el de Aznar, y de 'nuevo PP', el de Rajoy y Cospedal, poniendo así la raya entre tiempos de corruptelas y tiempos de pureza.

En este sentido, 'las fuentes cercanas' a Aznar comentan a ELPLURAL.COM que el expresidente está a la espera de ver cómo se resuelve 'el caso Bárcenas', que en realidad viene a centralizar toda la vida interna del PP. Si acabara por debilitar realmente a Rajoy, el expresidente podría muy bien prestarse a dirigir el empujón final. En el Gobierno, como sustituto, es sabido que tiene un 'favorito', Alberto Ruiz Gallardón, con quien Ana Botella mediante, mejoró mucho su relación.

Gallardón no logra 'hacerse perdonar' por Rajoy
Sería unir a dos personajes que Rajoy no mira precisamente con aprecio en estos tiempos. Y es que, en fuentes populares lo aseguran, por mucho que se esfuerza, el ministro de Justicia no consigue recuperar 'el cariño perdido' ante el Presidente. Él y el fiscal general, Eduardo Torres Dulce, siguen señalados como 'culpables' en Moncloa por no haber sabido 'manejar' el asunto Bárcenas y haber impedido el ingreso de éste en la cárcel; 'pecado' que no se les perdona. Eso aunque, es un rumor, se dice que es el ministro de Justicia, de la mano del conseller del ramo catalán, Germà Gordó, quien facilitó el acercamiento entre Rajoy y Mas las semanas pasadas.