La escena pública es bien conocida. Se contó en los medios. El pasado 9 de julio se celebraba la Junta directiva regional del PP de Madrid en Génova. Como siempre, se habían reunido en la segunda planta, donde hay una sala con suficiente capacidad para acoger a todos los alcaldes y diputados regionales del 'pepé madrileño'. La presidenta, Esperanza Aguirre, tomó la palabra, sacó el hacha y soltó mandobles, tanto para quienes dirigen el partido como, sobre todo, para quien dirige el Gobierno, Mariano Rajoy.

El presidente de la Comunidad madrileña, Ignacio González, coloca en la solapa de su antecesora en el cargo y presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, una de las medallas de Oro de la Comunidad. EFE



La cara de Ignacio González
La cara de Ignacio González, un poema mientras escuchaba cómo su 'mentora' soltaba los hachazos de 'ida y vuelta' contra aquellos de los que depende su nombramiento como candidato para la presidencia de la Comunidad de Madrid. "Si ha habido irregularidades en la financiación, tendremos que reconocerlas, explicarlas y pedir perdón a los ciudadanos", decía Aguirre en una intervención en abierto que estaban viendo los periodistas, y 'su Nacho', el tiburón que ella ha criado a su imagen y semejanza ponía un gesto cada vez más desesperado.

Aún así, no se atrevió a pedir la voz durante el acto para contestarle. Tan sólo Cristina Cifuentes, la Delegada del Gobierno, lo hizo para echarle en cara a Aguirre que con sus declaraciones estaba convirtiendo al PP madrileño en "una isla al margen del partido". Una situación, por cierto, que hubiera provocado en otro momento una cascada de peticiones de turno para hablar en favor de Aguirre..., y que esta vez no fue contestada por nadie.

La situación acabó tan tensa que, nos dice un asistente, cuando concluyó la Junta todos los presentes, "que suelen 'pasillear' para charlar y ponerse al día de los cotilleos del partido" salieron de allí casi a la carrera, mientras Aguirre y González bajaban desde la segunda a la primera planta de Génova 13, donde tiene su sede el PP madrileño. Allí se encerraron en el despacho del Presidente madrileño.

Una pelea en un despacho acristalado
Aunque 'encerrarse' es sólo una forma de hablar, el despacho está acristalado y "se escucha todo lo que se dice.., mucho más si gritan, como hicieron ellos". Lo que veían los asistentes era a Aguirre sentada y a su pequeño 'escualo' dando vueltas alrededor  de ella, criticando su intervención. Tanto que la expresidenta madrileña tuvo que recordarle, a un volumen tal que todos la escucharon, "¿ cómo te atreves a hablarme así, tú me lo debes todo”.

La situación se puso tan tensa, que apareció y entró en el despacho un tercer personaje muy peculiar: Isabel Gallego, experiodista de ABC que hace muchos años, de la mano de Ignacio González desembarcó junto a Esperanza Aguirre como directora de Comunicación. Verdadera 'mujer fuerte' de Aguirre durante años, en realidad Gallego siempre se mantuvo como amiga muy cercana y de enorme confianza de González.., hasta el punto de que con él sigue ahora haciendo el trabajo que antes hacía con Aguirre. Los tres se mantuvieron hablando durante buen rato ante la expectación de todo el resto de la planta.

Las llamadas para filtrar hacia arriba y hacia la prensa
Aquel día, tan pronto como se quedaron por fin solos, González y su directora de comunicación hicieron cada uno una llamada que han dado mucho que hablar en el PP madrileño. Él a María Dolores de Cospedal, para contarle todo lo que había pasado y 'su enfado' con Aguirre. Ella a un periodista 'amigo' de El País, para filtrarle lo sucedido y la historia saliera de los muros de Génova. Es evidente que querían que se supiera 'urbi et orbe': Ignacio González no estaba en la misma línea que su 'madre escuala'; él, Nacho, es fiel a la dirección.

Claro, que sólo tres días después, la imagen había vuelto a 'la normalidad'. En una reunión de los empresarios madrileños, la CEIM: estos tiburones de la política habían vuelto a ser 'los más amigos'. Muy pocos se sorprendieron de ver que de las 'dentelladas' habían vuelto a las complicidades. "El problema de González -nos dice una fuente, veterano del PP madrileño y que conoce muy bien a los dos personajes- es que Moncloa y Génova le tienen que elegir como candidato, pero también que necesita a Aguirre, que sigue siendo la presidenta del Partido y mujer de más arrastre electoral".

¿Qué piensan muchos en el PP madrileño sobre la sinceridad de estas escenas de 'dentelladas' seguidas por efusivas muestras de afecto? Para empezar, desvelan un hecho significativo: las líneas maestras del durísimo discurso de Esperanza Aguirre contra la dirección nacional y Rajoy era conocido en la dirección del partido madrileño -"Nacho González e Isabel Gallego tenían que conocerlo"-, y nadie le dio un toque de atención ni la intentó matizar ni, mucho menos, parar.

Un Nacho González 'moderado' frente a una Esperanza Aguirre echada al monte
Conclusión: lo que piensan no pocos es que "a Nacho le viene bien el tirarse al monte de Esperanza Aguirre, porque le hace parecer moderado, que Esperanza es el peligro.., y que él es mucho más moderado". En este doble juego, nos dicen, Nacho González se presenta como víctima en la dirección nacional y "también ante otros barones... él siempre dice a todos los que quieren oírle: “me supera”, “no me hace caso”, “no consigo hacerme con ella”, “yo he intentado todo…”".

¿Y todo esto cómo se debe leer en el paisaje de los 'populares madrileños'? "Empiezan a verse grietas y el incontestable 'aguirrismo' empieza a no serlo tanto", nos dice un diputado de la Asamblea madrileña. "En este momento de crisis con el tema Bárcenas, por ejemplo, hay quienes hablan como ella de 'regeneración', pero también quienes recuerdan que no es Esperanza alguien que puede hablar sobre esto..., que fue en Madrid donde estaba "el nido de la Gürtel", y que personajes claves como López Viejo, que fue su ojo derecho, y algunos alcaldes pudieron actuar así porque ella se negó a prestar atención a los mensajes que se le hacían llegar advirtiéndole de lo que pasaba...".

Esos mismos 'discrepantes', que también estaban presentes en la Junta Directiva del pasado día 9, recuerdan que en su discurso exigió que ante la acumulación de pruebas "era necesario que el partido hiciera limpieza incluso antes de lo que digan los tribunales... y, sin embargo, no pidió que se aplicara esa 'pureza' con el caso del ático de Nacho González, ante el que no hizo nada y siempre ha mirado para otro lado".

Esperanza Aguirre y Ana Botella, comparten peluquera y amigas, pero el suyo es un roce sin cariño



Botella, aconsejada por MAR, callada y de perfil..., a la espera de los Juegos Olímpicos
La división y las quiebras en el PP madrileño son, en realidad, inacabables... Porque a esta reunión de 'tiburones políticos' falta por añadir otro, que en realidad es doble, el que dan vida la pareja Botella-Aznar. La alcaldesa añade fricciones y tensiones inacabables.

La relación entre las dos mujeres, Aguirre y Botella, es también bipolar. "Comparten amigas..., incluso hasta la peluquería -nos dice una mujer del partido que conoce muy bien su relación-, pero Esperanza desprecia a Ana intelectualmente tanto como respeta a Aznar". Si el partido le pidiera que fuera la candidata sustituta, y ella lo está deseando, Aguirre no se lo pensaría y diría sí a la carrera. Pero Botella está a la espera de que le caiga en las manos un comodín imbatible: que en septiembre den a Madrid los Juegos Olímpicos.

En estos momentos "la situación es la siguiente -nos pinta el veterano miembro de la dirección popular madrileña-: Espe, echada al monte, Nacho González intentando llevarse bien con ella y con la dirección nacional que tiene que acabar por decidir su nombramiento, y Botella de perfil, callada, que es lo mejor que puede hacer y lo que le pide su inseparable consejero desde los sucesos del Madrid Arena, Miguel Angel Rodríguez… Y con el partido indeciso, todos quietos y esperando a ver qué pasa antes de decidir dónde se ponen para la foto".