The New York Times no sólo recoge en sus páginas la peor cara de España: también tiene sitio para los elogios. Eso sí, a Jordi Évole, por su labor periodística y de investigación sobre esa peor cara de España. En concreto, sobre el accidente del Metro de Valencia en 2006, en el que murieron 43 personas y que había pasado al olvido por la labor de ocultismo de la Generalitat valenciana, sobre todo porque los hechos ocurrieron en la víspera de que el papa Benedicto XVI visitara la capital del Turia.

El Follonero, como era popularmente conocido Évole, dedicó un programa a esta tragedia y a la manipulación política sobre el accidente. Y eso provocó que miles de personas salieran a protestar por la ausencia de responsabilidades y apoyaran a los familiares de las víctimas, que llevan años protestando por ello.

El Michael Moore español
Semejante hazaña ha logrado que el prestigioso periódico estadounidense alabase el carisma y la determinación de Évole frente a los abusos de políticos, banqueros, empresarios... Incluso le han comparado con Michael Moore, el director de documentales norteamericano, con quien comparte un estilo de ropa informal. "Ya no tenemos presupuesto para comprar trajes", explica bromeando Évole.

"Tenemos que ser muy crítica"
Sobre su cambio de imagen, pasando de ser un programa cómico a uno de denuncia social, Évole afirma que "tenemos que ser muy críticos" porque "un país en una situación tan terrible necesita disponer de información seria en lugar de humor y sarcasmo".

"No refleja el pluralismo"
Évole ha criticado a los medios de comunicación españoles por la actitud conservadora y favorable al Gobierno que muestran y que "no refleja el pluralismo de la sociedad" y ha asegurado que el famoso episodio sobre el Metro de Valencia es un ejemplo del mal funcionamiento y de la corrupción política en España.

Eso sí, de momento Évole seguirá ejerciendo de periodista y no siente tentación de entrar en política. "Lo mío es preguntar antes que juzgar. No me veo como el Beppe Grillo español".