El juez Pablo Ruz ha mandado al extesorero del PP Luis Bárcenas a prisión incondicional, poniendo a Génova 13 ante el precipicio de que la lupa judicial que se cierne sobre su contabilidad durante los últimos lustros empañe para siempre su imagen. Lo tienen difícil para justificar lo injustificable . Sigue muy reciente "el despido diferido" y "simulado" con el que la secretaria general de la formación, María Dolores de Cospedal, intentaba explicar por qué siguieron arropando al imputado hasta el último minuto y más allá de lo tolerable.

Cuando el PP intenta argumentar algunos comportamientos provoca un estupor aún mayor que el que trata de frenar. Le pasó también a Carlos Floriano, responsable de comunicación del partido, cuando aseguró que no habían despedido a otro de los imputados Gürtel, Jesús Sepúlveda, porque la justicia lo habría declarado improcedente. Lo acabaron echando con una indemnización astronómica de 229.000 euros y Floriano volvió a dejar perplejos a propios y extraños diciendo que era "sangrante".

Los de Rajoy podrían depurar responsabilidades de toda la trama Gürtel-Bárcenas en el seno de su organización y ofrecer explicaciones convincentes de una vez. Pero parece poco probable. Si no optan por esta vía que no rebusquen argumentos inverosímiles. El estilo Mourinho les pega mucho más.

El entrenador portugués llegó al Real Madrid como garantía de juego al límite, provocaciones mediáticas y conflictos internos en el vestuario, por un lado, y resultados incontestables por otro. El mensaje más o menos era que la brusquedad y los malos modos constituían el precio de la victoria. Mourinho cumplió con creces la primera parte pero no con la segunda, el balance quedó bastante desequilibrado. Pero se fue sin asumir una sola responsabilidad por sus errores y culpando al balón, a los árbitros, a las gradas, a los medios o a sus propios jugadores de no haber cumplido con los objetivos.

El PP llegó al poder tras una oposición muy hostil prometiendo recuperar la economía con el mero gesto de desalojar a Zapatero de la Moncloa, mientras que ellos generarían millones de trabajo, bajarían impuestos y llevarían a España al liderazgo mundial. La realidad está ahí: el paro ha crecido, la situación general económica ha empeorado, la precarización no deja de aumentar, la imagen del país se despeña… La crispación social por la oposición a los recortes y el drama del desempleo ha enrarecido el clima político. Los resultados están muy lejos de lo prometido. En Génova 13 solo pueden pasar del discurso populista a asumir plenamente su impopularidad actual, como ese míster antipático que hizo de los recelos que levantaba a su paso su particular parapeto.

Los de Rajoy saben asumir ese estilo, cuentan con amplia tradición en hacer del victimismo su principal recurso cuando todo les va mal. Apenas habría que hacer algunos retoques en la imagen. Nada de esconder a Bárcenas, sino reivindicarlo abiertamente. Y hacer de su famosa peineta, aquella que le dedicó a un grupo de ciudadanos que le recibieron con protestas en un aeropuerto -al que llegó procedente de Canadá, donde supuestamente había estado unos días esquiando- el nuevo logo del partido en lugar de la gaviota minimalista.

El expresidente José María Aznar también es ducho en dedicar peinetas, ese gesto tan explícito de lo que te pueden llegar a resbalar las críticas. ¿Descabellado? Para quien piense que determinados escándalos superan lo tolerable y matan políticamente, conviene recordar todo un reportaje que La Vanguardia dedicó al grosero gesto del extesorero popular, cuando el catedrático de Ética Norbert Bilbeny alertó de que ese dedo en alto era "la imagen de la desfachatez y la falta de vergüenza de los corruptos o presuntos culpables". Y advertía de que esas personas no actuarían así "si no se sintieran respaldadas por una parte de la sociedad que desde el anonimato se comportan igual que ellos". Pero habría que añadir que, en algunas ocasiones, los apoyos ni siquiera son anónimos, sino públicos y orgánicos.

Sergio Colado es redactor de ELPLURAL.COM
Blog Disidentes 6.0
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